Valencia peregrinará a Roma en febrero por el Jubileo 2025 Del 18 al 23 de febrero

Valencia peregrinará a Roma en febrero por el Jubileo 2025 Del 18 al 23 de febrero

La peregrinación de Valencia a Roma por el Jubileo 2025 ya tiene fecha: tendrá lugar del 18 al 23 de febrero de 2025. Para todos aquellos que quieran ganar el Jubileo asistiendo a la peregrinación, partirán desde Valencia.

En Roma participarán en la audiencia con el Papa y cruzarán la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. También visitarán las basílicas de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros, entre otros monumentos y puntos de interés en Roma.

El Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent concede una gran importancia a este acontecimiento, por ello, nombró delegado diocesano para el Jubileo 2025 al vicario de Evangelización, Juan Melchor Seguí.

A través de la Vicaría de Evangelización se puede obtener toda la información necesaria para aquellos que quieran participar en la peregrinación a Roma. La información está disponible en la web del Arzobispado (www.archivalencia.org), en la Vicaría de Evangelización en un apartado especial sobre el «Jubileo Ordinario de 2025”.

El papa Francisco abrirá la Puerta Santa el 24 de diciembre de 2024. A partir de ese momento solemne, toda la Iglesia universal se unirá al Año Santo con diversos actos y peregrinaciones. La diócesis de Valencia se une a la celebración del Año Santo convocado por el Santo Padre con la peregrinación diocesana a Roma presidida por el Arzobispo, mons. Enrique Benavent, para ganar el Jubileo. Al cruzar el umbral de la Puerta Santa llegaremos al significado profundo de lo que representa el Jubileo, por lo que se espera a millones de peregrinos en Roma.

Jubileo de 2025 un acontecimiento de Gracia

Recordemos que el Arzobispo de Valencia dirigió su primera Carta pastoral a la diócesis, con el título «Una Iglesia esperanzada», donde destaca la celebración del Jubileo: “El pueblo fiel siempre ha vivido los años jubilares como un momento de gracia y de renovación eclesial. Así, la dimensión espiritual del jubileo no debería separarse de estos aspectos fundamentales de la vida social porque, en caso contrario, la celebración sería incompleta”, y añadía que “El Jubileo debería servir para centrar la vida de nuestra diócesis en la perspectiva del Concilio y, de este modo, crecer en la sinodalidad como rasgo que debe caracterizar la vida de la Iglesia”.

Asimismo, además de la formación y la oración, el Arzobispo destacó la dimensión social del Jubileo. «Si como cristianos estamos llamados a alentar la esperanza de nuestro mundo, debemos recuperar el sentido de la fraternidad universal; la llamada a restablecer en nuestro mundo la justicia querida por Dios y la necesidad de cuidar de la casa común».

Previamente a la celebración del Jubileo, la Vicaría de Evangelización, siguiendo las indicaciones del Arzobispo y utilizando la propuesta del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, ha publicado un libro con materiales, dirigidos a toda la archidiócesis para que, puedan ser utilizados en reuniones de grupos, en comunidades, parroquias y entidades, como instrumento para la formación, la reflexión y la oración.

El plan formativo, que incluye cuatro catequesis, correspondientes a las Cuatro Constituciones aprobadas en el Concilio Vaticano II, así como textos para la reflexión y oración, pretende, por tanto, preparar y celebrar este año de gracia con fe intensa, esperanza viva y caridad operante, para que el pueblo cristiano lo viva en todo su significado pastoral.

Como recordaba Juan Melchor Seguí, “nosotros los cristianos somos depositarios de una gran esperanza en Cristo. Y el Papa dice que el Jubileo puede ayudar a restablecer un clima de esperanza y de confianza como signo de un nuevo renacimiento. Y por eso ha decidido poner como lema a este Jubileo ‘Peregrinos de la Esperanza’.

El vicario de evangelización quiere “animar a todos a que celebremos el Jubileo como un acontecimiento de Gracia. Siempre el Jubileo busca una renovación de la vida cristiana, de la espiritualidad. Nuestra adhesión a Cristo y nuestro entusiasmo por anunciar el Evangelio es tarea de todos los cristianos”.