27 Mar “Lo que se vive es un sentimiento muy fuerte” Entrevista a Salvador Navarro, presidente de la Junta de Hermandades de Semana Santa de la diócesis de Valencia
C. ALBIACH.- Hablar de la Semana Santa en la diócesis de Valencia es hablar de una Semana Santa heterogénea, donde en función del lugar se dan diversas tradiciones y peculiaridades. Para coordinar la realidad de numerosas cofradías y hermandades en la diócesis existe la Junta diocesana, a la que pertenecen 39 localidades. Al frente de ella se encuentra Salvador Navarro, presidente también de la Junta Central de su localidad, Alberic. Él, miembro de la cofradía de Oración de Jesús en el Huerto, ha vivido la “emoción y la intensidad” de la Semana Santa desde niño y como hicieron con él ha transmitido este fervor a sus dos hijos.
¿De dónde viene tu vinculación a la Semana Santa? ¿Qué supone pertenecer a una cofradía y vivir con intesidad la Semana Santa?
Desde siempre. En mi pueblo, Alberic, pertenecer a una de las siete cofradías que hay, es una tradición familiar que pasa de padres a hijos. Es raro que no haya nadie que pertenezca a una. Al principio acompañas a tus padres y a medida que vas creciendo ya tienes más libertad, y en mi caso desde joven me ofrecía a ayudar en lo que hiciese falta. De hecho, he sido portador, he llevado el estandarte, he pertenecido a la junta directiva…
Lo que se vive en la Semana Santa es difícil de explicar si no eres del pueblo, si no perteneces a una cofradía. Aquí la Semana Santa se vive con muchísima intensidad. Es un sentimiento interno muy fuerte, que te lleva a vivir estos días con mucho recogimiento y acercándote a la figura de Cristo.
¿Qué particularidades tiene la Semana Santa de Alberic? ¿Con qué acto o tradición se quedaría?
Una tradición que existe en Alberic, similar a la de otras localidades, son los ‘arreglos’ (los doseles en otros lugares). Aquí las imágenes están durante la Semana Santa en las casas de los cofrades mayores y se realizan ‘arreglos’, la ambientación que les acompaña. Es una tradición que viene porque aquí las imágenes no estaban en las parroquias sino durante todo el año en casa de los hermanos mayores de cada cofradía hasta la Semana Santa del siguiente año que era elegido un nuevo cofrade mayor y que por tanto acondicionaba su casa. Otro acto peculiar es que las imágenes bajan el Domingo de Ramos desde la ermita, donde están ahora todo el año, a casa de los cofrades.
Aún así es difícil quedarse con un acto, todos tienen su importancia. Desde el triduo pascual hasta la vista a los ‘arreglos’. Esos momentos de silencio que estás delante de la imagen de cada una de las cofradías, en la que hay una oración intensa, te fluyen pensamientos, ideas… Es vivir la Semana Santa con una profunda fe y muchísima emoción.
Este año, por cierto, va a ser de gran emoción, porque mi hija va a ser cofrade mayor. Solo de pensarlo ya me emociono porque es un sentimiento que no se puede expresar con palabras.
¿Cuál es la realidad de la Semana Santa en la diócesis de Valencia?
En multitud de localidades nos encontramos con diferentes tradiciones y realidades de la Semana Santa. Es difícil decir algo que englobe a todos. Nosotros no aspiramos a hacer una Semana Santa como en otros lugares y en la nuestra está presente el carácter y la forma de ser de los valencianos. No entendemos, por ejemplo, una Semana Santa sin cohete o sin la música, una música no solo procesional. También en los últimos años se van añadiendo elementos de otros lugares que la enriquecen aún más. No hay que olvidar que hay algunas Semanas Santas de Interés Turístico Nacional y otras de interés autonómico, provincial…
Yo aún me sorprendo con algunas procesiones o tradiciones de algunos lugares que desconocía y voy descubriendo. Es cierto, que muchas veces los valencianos desconocen estas tradiciones de ahí la importancia de promocionarlas desde las junta diocesana y sobre todo las juntas locales en colaboración con los ayuntamientos. Tenemos mucha riqueza: las representaciones que se han en algunas localidades, los arreglos o ‘doseles’, diferentes formas de desfilar, música, pólvora…
¿Cuáles son los retos de la Semana Santa?
Además de la promoción de la que hablábamos nos enfrentamos en muchas localidades a una falta de relevo generacional quizás también vinculada a una falta de fe y secularización de la sociedad.Es importante que los que están ofrezcan su testimonio y transmitan la importancia de cuidar las tradiciones y de lo que ayuda vivir la Semana Santa.
¿Los actos, las procesiones y las distintas celebraciones son también una forma de evangelizar?
Por supuesto. Es una llamada a vivir con profundidad la Semana Santa, lo que representa y lo que vivió Cristo y nos invita a vivir hoy. Después, es verdad, que tiene que vivirlo personalmente y cada uno tiene una forma de vivirlo en función de sus experiencias personales o de su realidad. Además, estamos llamados a dar testimonio como cofrades, como cristianos: en la caridad, en la ayuda a los necesitados, a los demás, puesto que es el ejemplo es Cristo. La Semana Santa nos recuerda su vida, su mensaje, su doctrina y hemos de actuar como cristianos.
¿Cómo invitaría a participar en la Semana Santa?
– Invitaría a que se celebre como se merece. Y saber que es una oportunidad de poder tener momentos de recogimiento, de oración y de celebración. Que cada uno en su población, barrio, acuda a su parroquia, que participe en las celebraciones que se una a las cofradías… que sirve para muchas cosas. Y que los jóvenes se animen.