07 Jun Un franciscano valenciano en la selva de Perú pide ayuda para “comprar combustible y poder cruzar el río para evangelizar” Antonio Soriano es el párroco de Jenaro Herrera, donde alimentan cada día a 150 niños y atienden a enfermos y ancianos, gracias a la Fundación Ad Gentes
– “Si de verdad queremos conservar nuestra fe católica tenemos que ayudar”, afirma
El religioso franciscano Antonio Soriano, de Valencia y misionero en Perú desde hace 23 años, ha solicitado ayuda para seguir evangelizando a las comunidades indígenas presentes en el río Ucayali, ante la dificultad económica que les supone el incremento de combustible “imprescindible para los desplazamientos en barca y poder llegar a todos los poblados y familias”.
Actualmente, y desde hace 14 años, Antonio Soriano se encuentra en Jenaro Herrera, en el Vicariato de Requena (Perú), donde es párroco de San José Obrero, una parroquia con 12.000 feligreses y 29 comunidades repartidas en un extenso territorio a las que visitan en su totalidad tres veces al año.
En cada comunidad, el franciscano – que es el único valenciano en todo el Vicariato- cuanta con la ayuda de uno o dos animadores, agentes de pastoral que colaboran en la liturgia, en las celebraciones, y en la atención de enfermos. Igualmente, en la parroquia de Jenaro Herrera ayudan dos religiosas franciscanas.
En estos momentos, “una de las necesidades más urgentes que tenemos es la adquisición de combustible- siempre vamos por el río para recorrer el Vicariato- y es necesario para la evangelización de la parroquia y no abandonar a las comunidades”, asegura. “Si de verdad queremos conservar nuestra fe católica tenemos que ayudar y sería una gran ayuda para el vicariato y para la parroquia, contribuir con el combustible”.
Comedor parroquial donde comen cada día 150 niños
La parroquia San José Obrero de Jenaro Herrera ofrece en sus locales cada día comida para 150 niños y para ello cuentan con las ayudas de la fundación Ad Gentes y de otras instituciones como la delegación de Misiones del Arzobispado de Valencia y de las religiosas franciscanas Hermanas del Rebaño de María.
Asimismo, cada quince días entregan una bolsa de alimentos a 50 ancianos y atienden también a personas enfermas, llevándoles medicinas.
La parroquia ofrece la celebración de misas todos los días y los domingos, tras la misa de las siete de la mañana, “vamos al río para visitar dos comunidades cada domingo”, asegura el misionero.
“Dos o tres veces al año visitamos todas las comunidades y en las fiestas patronales administramos los sacramentos de Bautismo, primeras Comuniones y bodas”.
También los locales parroquiales acogen los domingos las catequesis para los niños que van al colegio de Jenaro Herrera que cuenta con más de mil alumnos. También a los niños se les ayuda con material escolar así como con becas de estudio a través de apadrinamientos.