01 Jul “Todo funciona con economía, la Iglesia no es una excepción” PORTAL DE TRANSPARENCIA - #DONOAMIIGLESIA
ENTREVISTA/AMPARO CASTELLANO
Acabamos de finalizar la Campaña de la Renta y con ello la Campaña XTantos, que nos recuerda que destinemos nuestros impuestos al sostenimiento de la Iglesia, pero que nos interpela a continuar realizando otras acciones. La Iglesia en España está desarrollando una iniciativa pionera con la creación de las Oficinas de Sostenimiento, hasta lograr la autofinanciación. En las Jornadas organizadas por la CEE (Conferencia episcopal española) tuvo protagonismo destacado la Archidiócesis de Valencia, con la participación del ecónomo, Antonio Sales, y uno de los casos de estudio, del párroco Enrique Masiá de Santa Catalina de Alzira, con su campaña clara y directa: con sólo lo que cuesta un café estás ayudando a sostener la Casa de todos.
– La Iglesia ha sustentado a gran parte de los más vulnerables y desfavorecidos en las sucesivas crisis económicas hasta la actual, también el mantenimiento del patrimonio, base de la cultura de nuestras raíces cristianas. Con tanto que aporta a la sociedad, a la Iglesia le cuesta con gran humildad, transmitir el mensaje de todo lo que hace por el bien común. ¿Qué mensaje damos para que entendamos que todos estamos implicados en el sostenimiento de la Iglesia?
– Antonio Sales (AS): Cuando damos el mensaje sobre el dinero que destinamos a la caridad es más fácil. La prueba es que cuando convocamos una colecta, como recientemente para la guerra en Ucrania, tiene mucho mejor resultado, la gente es más susceptible de aceptarlo, y es más, lo transmitimos de una forma más natural. Sin embargo cuando hablamos de dinero y liturgia, o dinero y patrimonio, parece que nos cuesta un poco más transmitirlo y que se entiende menos.
– Enrique Masiá (ES): La clave está en ser concretos, explicar a los feligreses por qué se les pide su colaboración, con un modelo directo, y este el resultado del éxito. La Iglesia no es una institución que está en las nubes. Estamos en el siglo XXI y en una sociedad donde todo funciona con los medios económicos, y la Iglesia no es una excepción. Las familias que tenemos en las parroquias pueden colaborar, muchas veces no lo hacen, y hay que preguntarse por qué. Tal vez en primer lugar, porque nadie los invita a colaborar, porque no saben que es su responsabilidad. Hay que concretar una propuesta a la que la gen- te pueda decir sí o no. Entonces concreté la propuesta de esta manera: con un euro, “con un café al día por familia” podemos hacer la casa de Cáritas. Y así se ha construido, con 301 familias que han puesto un euro durante tres años, una maravilla porque la han hecho ellos. Después empezamos con la rehabilitación del Campanario con el mismo planteamiento: una propuesta a las familias de mi parroquia explicando que necesitamos que colaboren con un euro al día durante un año. Esto que la gente lo entiende para todas las cosas, tener un servicio y pagar por él, ¿por qué no lo entiende para la Iglesia? El patrimonio no enriquece a la Iglesia. Enriquece el patrimonio con el que se negocia o se vende, pero el patrimonio que tenemos es invendible, no tiene valor en el mercado, es un valor espiritual, y eso es un problema mantenerlo.
– AS: Sabemos que la parroquia es nuestra casa, y nos sentimos en casa. Todos tenemos esta experiencia y de hecho el mensaje se traslada bien, cuando el párroco o el consejo de economía transmiten con transparencia los gastos que hay de luz, de agua, de los sacristanes que tienen que preparar las alfombras, que hay que pagar el aire acondicionado, la calefacción, que el sacerdote merece una congrua sustentación, que hay que pagar la casa… todos los gastos que tenemos cada uno en nuestra casa están en la parroquia. Por la dignidad que tenemos como personas, como hombres y como cristianos, como hijos de Dios, cuando uno entra en cómo no pagar. Dice el Salmo 116 “Cómo pagaré todo el bien que se me ha hecho”. Pero los feligreses no sabemos, si no nos transmiten, no podemos llegar a conocer esas necesidades.
– La Iglesia pide que más allá de las ayudas directas en las colectas se recurra al portal de donativos donoamiiglesia, que en Valencia está teniendo una de las mejores experiencias en España, que gracias a esta herramienta se asegura la transparencia del destino de los recursos y la justificación de las cuentas.
– AS: Valencia tiene una experiencia buena con el portal donoamiiglesia. Se está trabajando por vicarías, por parroquias, poco a poco cada vez son más las que se van sumando. Ya son más de 400 las parroquias en la Diócesis, que es un número importante. Pero realmente lo que transmitimos es que donoamiiglesia, es una herramienta para saber mi donativo a qué necesidades va, no es una caja registradora, no es una varita mágica, la gente no va a hacer donativos porque sí. La gente no dona o ayuda a su parroquia en lo que no conoce, uno da para lo que ama, para lo que conoce. Hay párrocos que lo publican en la web, o en el tablón de anuncios, en sus publicaciones, pero no todos de manera habitual, y la gente desconoce lo que cobra un sacerdote, y sería importante que se sepa lo que cuesta el domingo abrir la parroquia. El portal de donativos viene a servir a esto, es una herramienta de transparencia para servir a ello. Cuando hemos promovido acciones concretas —una rehabilitación de un campanario, etc.— la gente después continúa en el portal de donativos. Es decir, se apoya una acción concreta, pero como e actúa con transparencia desde el portal de donativos, la gente sigue y apoya otras causas, quieren seguir dando, y sirve por el anterior ejemplo, para seguir restaurando otras partes del templo, o una acción de Cáritas, o para la necesidad que en cada momento en la parroquia urja, y el párroco con su consejo pueda utilizar. Esto es importante transmitirlo.
– EM: El éxito que atribuyo a lo que hemos hecho en Santa Catalina es que ha habido una propuesta muy clara, alguno incluso ha dicho “eres muy directo”. Pero si queremos que la gente lo entienda, habrá que decirlo claramente. Y luego, la respuesta tiene que nacer de la libertad, no hay otra respuesta, nunca condicionada. Ha de ser el que pueda, el que quiera, el que sienta que es el momento que quiere colaborar, y se les da la oportunidad. Y claro luego mostrar las cosas cómo van, hice al menos seis hojas informativas, para que el que está colaborando reciba en su casa la evolución de la obra que se está haciendo con su donativo: cómo van las obras, lo que se está pagando, todos los detalles para justificarlas y alentar su esfuerzo, porque para una familia aunque sea un euro, como un café al día, y aunque nace de su exigencia de la fe, están apoyando y ha de estar acompañado de la claridad de los resultados, los presupuestos, lo que se ha pagado, las cuentas.
– Cerca de 150 personas entre ecónomos y delegados de medios de comunicación de toda España establecieron bases para las Oficinas de Sostenimiento en tres dimensiones: pastoral, económica y comunicativa, para avanzar hacia la autofinanciación, es un paso muy importante tener ya el portal de transparencia
– AS: Ese ejercicio de transparencia no es sólo contar todo minuciosamente, es importante transmitir las cuentas, los ingresos que tenemos y los gastos, para eliminar falsos criterios, como se dice “la Iglesia tiene ahorros”.
– EM: Nosotros tenemos la ventaja de que la Iglesia no tiene nada que ocultar, esa es la gran libertad que tenemos, y en muchas parroquias que tienen graves dificultades, podrían ser ayudados si transmitieran que “no tenemos ni para pagar la luz”, ¡y eso ocurre! Pues plantéalo a tus fieles, porque eso es hacer Iglesia. Nuestros planteamientos económicos tienen su fundamento y su solución en nuestra manera de ver desde la fe la economía, desde la DSI (doctrina social de la Iglesia), y desde la Pastoral, porque es una ayuda pastoral que la gente se implique, no tiene sentido ocultar dificultades donde puedes ser ayudado.
– AS: Y va en la propia esencia de la Iglesia, si leemos los relatos de los Hechos de los Apóstoles que cuentan la primera Iglesia que se reunía, habla de que ponían los bienes en común y que los apóstoles disponían según las necesidades que había en ese momento, y nadie pasaba necesidad, esa dinámica está en la Iglesia.