15 Jun La imagen peregrina esculpida por Carmelo Vicent, “dignificada y embellecida” tras un año de restauración El proceso ha incluido la limpieza del conjunto, el arreglo del soporte del manto y la reintegración de la película pictórica
La imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados que se expone en el Museo Mariano de la Basílica (MUMA), esculpida por Carmelo Vicent en 1945, ha sido restaurada “con la finalidad de dignificarla y embellecerla para asemejarla a la imagen original de la Basílica” y como novedad luce ahora piezas de orfebrería donadas por devotos, ha explicado el artista Pedro Arrúe, encargado de los trabajos de restauración.
El resultado de la restauración, cuyos trabajos se prolongaron durante un año, ha sido explicado por Arrué, pintor y conservador valenciano, esta mañana en la capilla de la Escolanía, donde ha tenido lugar la presentación oficial del Año Jubilar del Centenario de la Coronación Canónica.
Al respecto, Pedro Arrúe ha destacado “la buena predisposición y apoyo excepcional” durante todo el proceso de restauración por parte del rector de la Basílica, Jaime Sancho, y de la Camarera de la Virgen de los Desamparados, Dolores Alfonso, que ha sido la que ha sufragado la intervención.
El encargo inicial “se ceñía a embellecer la imagen con los galones y el estofado que va encima del oro y reconducir el pollero o miriñaque, que es el soporte donde va sujeto el manto, pero al estudiar la imagen vimos una serie de patologías, como la falta de película pictórica en el Niño, en los inocentes y en parte de la estructura, debido a los cambios bruscos de temperatura y al traqueteo en los desplazamientos desde la Basílica hasta la sede de la Escolanía donde se celebran los besamanos falleros que preside la peregrina cada año”, ha señalado Arrúe.
Por ese motivo, “con el visto bueno del rector Jaime Sancho, además del embellecimiento de la imagen y el arreglo del pollero, que ahora es de acero y está forrado, también se ha realizado una limpieza a fondo y se ha tratado, fijado, estucado y reintegrado la película pictórica”.
Igualmente, para reconducir pollero “nos basamos en las medidas del pollero antiguo de madera de la imagen original de la Virgen, con lo cual la forma de riñón de la parte baja y la forma piramidal de la parte alta tienen idénticas proporciones que la talla del camarín, y el manto queda con la misma posición característica y luce mucho mejor”.
Joyas y piezas de orfebrería para embellecer la imagen
Para “dignificar el conjunto”, a las coronas de latón se les ha dado un baño de oro y además, “como novedad en esta restauración, se han incorporado joyas donadas por devotos que permanecían guardadas, para así embellecer la corona, la aureola, cruz y diadema del Niño y la azucena”, ha precisado Arrúe.
Para realizar esta incorporación, el restaurador hizo previamente unos diseños que fueron aprobados por el rector Jaime Sancho. Además, la orfebrería de esta corona, cuyos trabajos fueron encomendados al orfebre Luis Ignacio Romeu Soria, “recuerda mucho la de la imagen original y se han colocado piezas nuevas que acentúan más ese parecido”.
Por otro lado, la imagen, que no está esculpida para ir al descubierto por la parte delantera, “tenía una especie de cavidades o huecos que afeaban el resultado al poner las grecas y los estofados porque impedían la continuidad de la cenefa”. Por eso, fue necesario añadir, a ambos lados, una caída de pliegues para darle armonía al conjunto.
El manto que luce ahora esta imagen restaurada de Carmelo Vicent, que podrán ver todos los visitantes del Muma a partir de ahora, es de seda natural con dibujo italiano, de color blanco roto floreado, con fleco florentino, y es el mismo que estrenó la imagen procesional en el último besamanos público celebrado en la Basílica el pasado mes de mayo, regalado por la Camarera de la Virgen de los Desamparados.
La imagen peregrina de Carmelo Vicent, venerada muchos años en el “Capitulet”, fue un encargo realizado para que la imagen original pudiera permanecer en su camarín y no sufriera daños. De esta forma, la peregrina recorrió en 1948 todas las parroquias de Valencia, durante la “Misión” que impulsó el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea, con motivo del 25 aniversario de la Coronación de la Patrona.
La otra imagen peregrina, conocida como “procesional”, fue esculpida años después por Octavio Vicent, hijo de Carmelo Vicent, y es la que habitualmente realiza las visitas a las localidades.