07 Mar Religiosas de María Inmaculada de Valencia ayudan a más de mil mujeres inmigrantes y les forman para encontrar empleo Stefania Dub, ucraniana católica, limpiadora en la residencia de María Inmaculada, prepara furgonetas con ropa de abrigo, medicamentos, leche y comida en lata para los refugiados en la frontera con Polonia
Más de mil mujeres inmigrantes, en su gran mayoría procedentes de familias desestructuradas o en riesgo de exclusión, fueron atendidas el pasado año por las religiosas de María Inmaculada de Valencia – que les ofrecen acompañamiento y formación para su inserción laboral- de las que más del 65 por ciento encontró un puesto de trabajo fundamentalmente en servicio doméstico.
Según explica la religiosa Mª Eugenia Arrechea, coordinadora del Centro Social de la Residencia de María Inmaculada, ubicada en la calle Trinquete de los Caballeros, 10, de Valencia, “la formación que reciben les ayuda a buscar con éxito un empleo. No tenemos bolsa de trabajo pero les facilitamos el camino para encontrarlo”.
Mañana, martes, con motivo del Día Internacional de la Mujer, las religiosas irán entregando diplomas a las mujeres que acogen y acompañan para “premiarles su esfuerzo, su buen hacer y su trabajo”.
En la actualidad, en la residencia les imparten talleres de inglés, y de lengua española, de corte y confección, costura, de informática y de guitarra, de forma presencial, aunque siguen manteniendo otras formaciones “on line” como la de cocina. “La idea es el próximo mes de abril retomar todos los cursos presenciales”, añade Mª Eugenia Arrechea que asegura que las mujeres proceden, fundamentalmente, de países de América Central y del Sur, sobre todo, de Venezuela, pero también de Colombia, Honduras, Paraguay, Perú, Brasil, Ecuador, Argentina, Cuba y Portugal.
La congregación de religiosas de María Inmaculada fue fundada por Santa Vicenta María López Vicuña, en Madrid, el 11 de junio de 1876, y aprobada el 13 de enero de 1899, por el Papa León XIII. “Nacimos para responder a las necesidades de las jóvenes que inmigraban del campo a la ciudad en busca de trabajo, y se encontraban sin hogar, sin trabajo, sin medios para subsistir”, asegura. “Hoy seguimos acogiendo a adolescentes y jóvenes, inmigrantes o no, en nuestras residencias, centros educativos de Formación Profesional, centros sociales, y otras plataformas apostólicas, acompañándoles en su proceso personal de crecimiento en todos los ámbitos para que encuentren su propio camino y su puesto en la sociedad”.
«Lo que tenemos que hacer es ayudar, por su puesto, y rezar y confiar en Dios, que siempre nos ayuda”
Una de las mujeres vinculadas desde hace años a la congregación de las religiosas de María Inmaculada de Valencia es Stefania Dub, ucraniana católica de 64 años que es enfermera pero trabaja como limpiadora desde que vino a Valencia hace ahora 22 años y lleva 14 de ellos trabajando con las religiosas en la residencia de la calle Trinquete Caballeros.
Stefanía tiene tres hijos, dos de ellos en Ucrania, un hijo que acaba de unirse al Ejército ucraniano y una hija que es médico. Junto a ellos está ayudando a los refugiados “que tienen que huir del país de repente sin nada, por la guerra”.
Así, desde que Rusia invadió Ucrania hace unas semanas, desde la comunidad de ucranianos católicos de Valencia se está organizando la salida de furgonetas y algún camión desde Valencia a Polonia y de Polonia a Ucrania, “repletas con ayuda”. En el acopio de productos han colaborado también las religiosas de María Inmaculada con mantas y alimentos.
“Las familias allí necesitan sobre todo, medicamentos, ropa de abrigo, mantas, productos de higiene, alimentos en latas y leche en polvo para los bebés porque las madres están perdiendo la leche materna por la tensión que sufren por el conflicto”, asegura. Otro problema es que “es muy difícil conseguir conductores para la furgoneta, sobre todo, dentro del país porque casi todos los hombres de 18 a 60 años tienen que estar al servicio del Ejército”, asegura.
Su hija que vive en Ucrania con su familia, a 15 kilómetros de la frontera con Polonia, prepara comidas y lleva caldo caliente a los desplazados que hacen “largas colas para poder salir del país y que no comen en varios días”.
“Lo que estamos viviendo ahora es una catástrofe pero sufriendo llevamos muchos años y en guerra ya son 8, desde 2014, por la crisis de Crimea”, asegura. “Yo me vine a Valencia para poder volver a mi tierra en uno o dos años, dejándome a mi hija con 12 añitos allí, y aún no he podido regresar”.
“Ahora lo que tenemos que hacer es colaborar, por su puesto, y rezar y confiar en Dios, que siempre nos ayuda”. “Aunque yo me porte mal con Él- porque todos somos pecadores- Él siempre se porta bien conmigo” y “estoy muy agradecida”. “Tenemos que rezar para que el conflicto acabe y para que nuestros políticos piensen en la paz”.
Junto a otras parroquias en la diócesis, la de El Pilar de Valencia, en donde los ucranianos de Valencia acuden para participar en las celebraciones, está recogiendo ayudas, por las tardes, de 18 a 20:30 horas.
Cerca de 3.000 religiosas están presentes en la diócesis de Valencia
Como las religiosas de María Inmaculada, en la diócesis de Valencia están presentes cerca de 3.000 religiosas pertenecientes a institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, muchas de ellas dedicadas a labor social y educativa.
Así, existen más de 70 institutos de vida consagrada femeninos, entre las que figuran las Agustinas, las Carmelitas, las Clarisas, las Dominicas, Franciscanas, Oblatas de Cristo Sacerdotes, Pasionistas, Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará o Siervas de María, dedicados a la vida contemplativa.
Igualmente, dedicados a obras de apostolado femeninos se encuentran las Adoratrices, Angélicas, Cooperadoras de Betania, Carmelitas, Claretianas, Compañía de Santa Teresa, de Nuestra Señora de la Consolación, Hermanas de la Doctrina Cristiana, Dominicas, Esclavas de Maria, Escolapias, Franciscanas de la Inmaculada, Hermanas de la Caridad de Santa Ana, Hermanitas de los Ancianos Desamparados, Jesús y María, Hospitalarias del Sagrado Corazón, religiosas de María Inmaculada, Misioneras del “Verbum Dei”, Pureza de María, Salesianas, religiosas de San José de la Montaña o Siervas de Jesús, entre otras.
Igualmente, hay 13 Institutos Seculares femeninos en la diócesis de Valencia, como las Activas del Apostolado Social, Alianza en Jesús por María, Auxiliares del Divino Maestro, Lumen Christi y Obreras de la Cruz.
Por su parte, cerca de 60 de asociaciones y movimientos femeninos laicos están integrados en el Foro de Laicos del Arzobispado, todos ellos dedicados a obra social y apostolado seglar, a la evangelización y a la promoción de la mujer en el trabajo.