30 Abr Una nueva imagen de San José para Valencia Obra del artista valenciano Rafael Sánchez
La parroquia de San José Artesano, en la Ciudad del Artista Fallero de Valencia, el próximo primero de mayo, va a exponer al culto una imagen de su titular, obra de Rafael Sánchez, un artista valenciano que, habiendo desarrollado su buen hacer en los talleres falleros, no ha dejado de aplicar su técnica para obras más clásicas.
JAIME SANCHO (Canónigo de la Catedral de Valencia).- De tamaño natural y moldeada con un resistente material sintético, tiene la apariencia noble de la terracota, con mínimos detalles dorados. El artista se ha inspirado en una escultura del norteamericano John Collier, pero, aparte de detalles personales, le ha dado mayor robustez y humanidad.
Veremos a san José que camina acompañado por Jesús, que ya ha alcanzado la edad de aprendiz: ambos llevan unos vestidos cortos, como era la costumbre en los trabajadores de aquellos tiempos. El mayor aparenta unos treinta años de edad y tiene el cabello y la barba recortados, no como en algunas imágenes donde se le representa anciano, para aludir a la virginidad de María, con largas cabelleras y vestiduras.
José lleva en una mano un martillo y, con la derecha parece que va como indicándole el camino a Jesús, explicándole alguna cosa, mientras que el muchacho lleva tres grandes clavos y levanta levemente su mano derecha, como si le respondiera de forma razonada. Podemos preguntarnos ahora cuál es el mensaje que se quiere transmitir.
Ambos caminan al paso ¿será que vuelven a Nazaret, después de ser emigrantes en Egipto y van a retomar su oficio? El gesto de José, escuchando a su hijo, parece reflejar el asombro que, tanto él como María, sentían al comprobar la sabiduría con que hablaba, como ocurrió cuando lo encontraron en el Templo de Jerusalén, sentado entre los doctores, aunque, como sigue relatando el evangelio de Mateo (2,51), Jesús era obediente con ellos.
¿Y qué le está diciendo Jesús? El artista nos insinúa que le está anunciando el misterio de su Pasión, cuando será fijado a un madero como aquellos con los que trabajan, con unos clavos como los tres que lleva en su mano. Entonces, en José reviviría el recuerdo de la profecía de Simeón y de las palabras de la profetisa Ana, cuando llevaron al niño al Templo para presentarlo al Señor, su verdadero Padre, y se admiraban de las cosas que se decían de esa criatura envuelta en el secreto de Dios (Lucas 2,33) que iba a ser un signo de contradicción.
San José, honrado trabajador de Nazaret, “hombre justo” ante Dios y los hombres, fue llamado a un trabajo mucho más importante en el plan divino: custodiar el misterio de la Encarnación, poner el nombre a Jesús y darle su ilustre apellido de “Hijo de David” y su más humano de “el hijo de José”, “el hijo del carpintero” al nacido de María.
Toda la Iglesia celebra a su patrono y protector, porque si el esposo de María la protegió a ella y a su divino Hijo de tantos peligros como se lee en los “Evangelios de la infancia”: persecuciones, exilio, momentos de miedo y desconcierto, de falsas acusaciones… Así ahora protege al cuerpo místico de Cristo que somos nosotros. El patriarca de Nazaret sigue velando sobre el pueblo de los creyentes en la nueva casa y familia de Dios que es la comunidad cristiana.
El Papa Francisco, en su Carta Apostólica ‘Patris corde’ (‘Corazón de padre’), de 8 de diciembre de 2020, nos decía: “Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud”.
Un padre y un hijo inmigrantes, caminando juntos
B.NAVA.- En el corazón de la Ciudad del Artista Fallero se encuentra Carrozas Sánchez S.L. Un enclave privilegiado en el que aún podemos encontrar algunos de los talleres donde los artesanos diseñan y construyen los ninots y las fallas. En la nave de los hermanos Sánchez mantienen la ilusión por seguir con su producción artística adaptándola a los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías y con un nuevo reto: reflejar en una escultura un san José artesano junto a su hijo Jesús en una escena de un padre y un hijo inmigrantes, caminando juntos.
Rafa Sánchez Orduña es la tercera generación de Carrozas Sánchez. Originada en los años 50 por los hermanos Sánchez (José, Rafael y Miguel ), la actual empresa lleva todo un recorrido histórico consigo en cuanto desfiles a nivel nacional o la elaboración de fallas en nuestra Comunidad.
Este taller, con un amplio bagaje artístico y cultural, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos de la mano de Rafa, graduado en Bellas Artes, con una Diplomatura, un Máster en Tecnologías interactivas y Fabricación digital. Él ha sido quien ha incorporado las tecnologías 3D, aunando tradición e innovación. Ahora, afronta uno de los trabajos más importantes de su carrera, dar vida a través de sus manos a la figura de San José. Un san José artesano junto a su hijo Jesús en una escena de un padre y un hijo inmigrantes, caminando juntos. Fue Jesús Belda, el párroco de San José Artesano el que contactó con Rafa para proponerle un encargo muy especial. “Me comentó que quería una imagen que plasmara la idea de la familia. Un san José con su hijo. Entonces le propuse una escena de padre e hijo en el taller, pero me dijo que quería algo más sutil. Quería que fuera un padre con el hijo, que prácticamente plasmara eso”, comenta Rafa.
Rafa le propuso trasladar la parte “artesanal” a la propia escultura “por eso le hemos dado un acabado como de barro, un acabado muy de taller, y que a primera vista sí que la imagen pueda ser un padre con su hijo caminando, pero si ya prestas atención a los detalles, puedes ver que el padre está avanzando, le está enseñando al hijo su camino. El hijo, que en este caso es Jesús, está elevándose. Le está levantando su mano derecha, haciendo el símbolo de la Santísima Trinidad. En el otro lado sostienen los clavos…todo símbolos que al final identifican a los personajes”, comenta este joven artista que explica que “en este caso Jesús anticipa lo que luego posteriormente será la Pasión, como consiguiente la redención de los hombres, y todo esto forma parte del camino que los dos emprenden. También san José representando al hombre, el niño Jesús representando a Dios, el camino que avanza, que tanto en este caso Jesús lo acepta, los hombres lo aceptamos, y un poco ese ciclo de enseñanza, de destino, de sacrificio, de redención, un poco es lo que intentaba plasmar con esta imagen”.
Para realizarla, Rafa ha usado técnicas de fabricación digital, de producción aditiva que “es una especie de aleación de plástico, luego todo esto lo almacenamos con una estructura interna, y lo vamos revistiendo, lo vamos uniendo todo, y finalmente le damos el acabado final ya con la pintura y el postprocesado”.
Aún así, las técnicas más tradicionales no se han olvidado. “Hicimos un primer apunte en barro, para ver una composición muy básica y muy general de lo que sería la escena. Con esta propuesta nos acercamos un poco a la idea del párroco, pasamos al modelado digital y el resultado fue este, que ya es una imagen más, una representación más definitiva”, indica. Una vez se tenía la conformidad de la composición “ya pasamos a lo que es la producción a tamaño natural, que ya sería el fraccionamiento en piezas de todas las figuras. Lo vamos ensamblando, lo vamos haciendo en una estructura correspondiente y se va sellando” hasta conseguir la imagen, de 1,80m, que será bendecida en la parroquia de San José Artesano el próximo 1 de mayo a las 11h.