
26 Mar Los investigadores del futuro centro sobre el Santo Cáliz blindan la reliquia frente a posibles críticas El director del proyecto museológico, el catedrático de la UCV Miguel Navarro, asegura que la “calidad científica” ha sido “innegociable”
Hace unas semanas, el Ayuntamiento de Valencia presentó el Centro de Interpretación del Santo Cáliz, que abrirá sus puertas al público a lo largo del año 2027 y ocupará la conocida Casa del Relojero, situada junto a la Catedral de Valencia. Dos expertos de la Universidad Católica de Valencia se hallan entre las personas claves de este proyecto museológico: su director, el catedrático de Historia de la Iglesia Miguel Navarro, de la Facultad de Teología y la profesora Catalina Martín, vicedecana de Multimedia y Artes Digitales, en la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales.
“Mi trabajo ha consistido en presentar los contenidos que a mi juicio debían plasmarse y transmitirse al público que visitará el centro”, expone con sencillez Navarro. No le une a Martín solamente su participación en esta ilusionante empresa. Hace más de veinte años, él formó parte del tribunal que evaluó la tesis doctoral de esta profesora de la UCV sobre el Santo Cáliz. “Fue un examinador duro”, sonríe Martín al recordarlo. También lo hace Navarro, que reconoce la acusación: “Lo fui y lo he seguido siendo. En las defensas de tesis exijo mucho, es verdad. Y la de Catalina me la leí de cabo a rabo. El Santo Cáliz no es cualquier asunto y resulta apasionante”. Juntos de nuevo, se han embarcado en esta aventura contra viento y marea, si es preciso.
Parece que por fin los valencianos empiezan a ser conscientes del tesoro que guarda su Catedral y eso supondrá cierta presión, ¿verdad?
MIGUEL NAVARRO: Lo que más me ha preocupado de este nuevo centro es que pueda conjugar dos aspectos: rigor histórico y didactismo. He tenido mucho cuidado de que el proyecto presentado sea muy serio, respaldado por la intervención de especialistas de gran reputación en cada una de sus partes. Queremos blindarlo, por decirlo de alguna manera, frente a futuras críticas, para que nadie pueda decir que afirmamos dato alguno sin fundamento histórico, que nadie pueda impugnar el contenido que hemos elaborado. La calidad científica del proyecto ha sido innegociable.
Este centro también precisa de una vertiente didáctica, porque no se va a poner en marcha para que lo disfruten eruditos, sino para que todo el mundo conozca la historia del Santo Cáliz. Por tanto, ahora debe desarrollarse la parte museográfica del proyecto. Es decir, mostrar el rigor científico y el propio relato histórico de manera visual y comprensible para todos los públicos.
CATALINA MARTÍN: Hemos huido absolutamente de lo rancio. El centro será atractivo para para todo el mundo.
¿Por qué hemos de creer que el auténtico cáliz es el de la Seu y no otros que existen en distintos lugares del mundo?
M.N.: Porque el de Valencia es mucho más creíble que cualquiera de todos esos supuestos cálices. Me alegró, por ejemplo, ver que los argumentos con los que rebatí la tesis de la copa que se encuentra en León coincidieron con los expuestos también por grandes especialistas en la materia.
C. M.: Hay un dato poco mencionado que favorece con claridad a nuestro cáliz: está considerado como tal desde el siglo XIV por parte de reyes, autoridades religiosas, civiles… Y llegó a Valencia porque existía un deseo de conseguirlo, pese a todas las dificultades que surgieron; esto es importantísimo. Los defensores de la copa de León aseguran que no se hablaba de él porque estaba escondido, lo que es absurdo en la mentalidad de la época. Las reliquias se tenían para enseñarlas.
M.N.: La pretendida historicidad de ese cáliz no tiene ninguna base. Leyeron mal los escritos árabes, reinterpretándolos a su manera.
C. M.: De hecho, la persona que descubrió esos documentos en El Cairo, el profesor Gustavo Turienzo, volvió a transcribirlos, porque no se había hecho bien, y publicó un artículo en la revista del Centro de Estudios Árabes criticando duramente el libro sobre la copa de León.
M.N.: Nosotros no podemos exponernos a que ataquen de esa manera a este nuevo centro. Eso lo han compartido también tanto desde el Ayuntamiento como desde el Arzobispado. Por esa razón, aunque el ámbito de las reliquias es el de la fe, toda la explicación histórica, arqueológica y artística sobre el Santo Cáliz debe estar bien fundada. Prueba de que ya contábamos con una base sólida para este proyecto es que el libro Valencia, ciudad del Grial (2014), que publicamos hace años y que editó el Ayuntamiento, no ha recibido todavía ninguna crítica. Al contrario, es una obra muy ponderada que se mueve dentro de los límites de la ciencia histórica y del respeto a la fe.
Catalina, usted se ha ocupado de realizar el análisis de los documentos que existen sobre el Santo Cáliz, si no me equivoco.
C. M.: Sí, me he encargado de todos los escritos que hacen referencia a la reliquia y que han ido apareciendo a lo largo de la historia. En ese sentido, me gustaría añadir que la mirada que se propone en este centro es muy libre. Investigaremos cualquier documento que pueda surgir sobre la copa de la Última Cena y lo haremos con muchísimo rigor científico, desde la libertad que necesita el historiador para lanzar sus hipótesis sin cerrarse ciegamente a ninguna, siguiendo lo que indican las evidencias. Sobre todo, en un caso como éste. El Santo Cáliz es la reliquia más documentada de todas, y desde épocas muy antiguas. Ya en el siglo III se tiene constancia de ello.
M.N.: No hemos buscado entre los expertos a partidarios de la copa expuesta en nuestra Catedral para confirmar ningún relato; al contrario, hemos propuesto participar a algunos expertos que ni siquiera conocíamos, sin miedo a que pudiese ser declarada falsa. Lo único realmente importante era que las personas escogidas contaran con un prestigio científico contrastado. Queríamos a especialistas de gran talla intelectual que expresaran su opinión sinceramente, sin ninguna cortapisa.
Entiendo que ninguno de ellos ha negado la autenticidad del cáliz, pero eso tampoco significa que se pueda afirmar, sin duda alguna, que nuestra reliquia es la utilizada por Cristo en la instauración de la eucaristía, ¿no es cierto?
M.N.: Claro que no. La arqueología no puede probar que el cáliz de la Seu sea el de la Última Cena; lo máximo que puede hacer es decirte si cabe o no esa posibilidad. En ese sentido, la investigación ha dejado claro que nuestra copa es, efectivamente, de la época de Cristo, datada de los dos primeros siglos. No sólo eso, se ha confirmado también que procede de Asia oriental, donde se encuentra Tierra Santa.
Por otra parte, la arqueología bíblica también indica que las copas judías de bendición, como la utilizada por Jesús de Nazaret, tenían forma de bol y solían hacerse de ágata. Esos dos elementos también coinciden con la reliquia de Valencia. La ciencia no puede confirmar nada al 100% respecto del cáliz; obviamente, jamás tendremos una fotografía que certifique su presencia en la Última Cena, pero las pruebas que tenemos hasta el momento no desmienten que nuestra copa pueda ser la verdadera, y eso es lo único necesario.
C. M.: Cuando el objetivo último es conseguir más turistas para tu ciudad, o cualquier otro, toda la vía de investigación está secuestrada por esa meta. Eso te puede llevar a interpretar la documentación como te dé la gana y por eso es tan importante que se vaya a crear este centro en Valencia.
M.N.: No queremos decir que no exista un beneficio turístico para la ciudad, en absoluto. La alcaldesa lo dijo claramente el día de la presentación, no hay que tener rubor alguno en reconocerlo. Es estupendo que este centro pueda atraer visitas y que esto ayude económicamente a los valencianos.
C. M.: Pero no es el objetivo principal, y eso es muy importante.
Muchos se preguntarán qué hace eso de “interpretación” en el nombre de un centro sobre el Santo Cáliz.
M.N.: Se ha incluido ese término, y es fundamental que así sea, porque el Santo Cáliz necesita ser explicado. Además de una reliquia importantísima es un objeto polifacético. Posee un gran valor arqueológico y es una obra de arte muy valiosa. Apenas se conservan vasos de esa época y menos aún, enteros, como el nuestro. Ha tenido también un influjo considerable en toda la cultura occidental en lo que tiene que ver con la búsqueda del Grial, que ha dado origen a producciones de tipo literario, pictórico, musical -pensemos en Wagner con su Parsifal- e incluso cinematográfico. El centro de interpretación quiere extraer toda la potencialidad del Santo Cáliz, todas las dimensiones que encierra, no sólo la religiosa.
C. M.: El visitante no saldrá del centro adoctrinado, sino con su propia idea sobre el cáliz, tras haber conocido toda la información que se le presentará. No hemos querido convencer a nadie de nada, sólo exponer los hechos probados.
M.N.: Nosotros mostramos los datos, saque usted su conclusión.
Por lo que contáis, resulta un poco sorprendente que no haya existido antes un centro sobre esta reliquia en Valencia.
M.N.: Sí, realmente hacía falta. En nuestra propia tierra hay un gran desconocimiento sobre la reliquia. Los valencianos no le concedemos su justo valor. El centro ayudará a paliar ese olvido y el aprendizaje sobre el Santo Cáliz en todos sus niveles promoverá su devoción. No me refiero a un culto dirigido a la copa en sí misma, no somos idólatras, sino a Jesucristo, que la utilizó para consagrar su sangre en la Última Cena. Esto último hay que tenerlo claro.
C. M.: Tras las distintas documentaciones que han aparecido en las últimas décadas, creo que este proyecto llega en el momento justo, cuando todos los que investigamos sobre el Santo Cáliz hemos alcanzado una madurez profesional, académica, historiográfica suficiente para poder trabajar sobre la reliquia sin otro objetivo último que no sea el de investigar y hacerlo con libertad.
Por otra parte, el centro ayudará a corregir la confusión que existe entre el Santo Cáliz y el Grial. El primero es la copa que utilizó Cristo en la Última Cena; es decir, un objeto real. El segundo es una creación literaria, un mito, no ha existido. El error de identificarlo se produjo al buscar la ‘cristianización’ del Grial, que guarda relación con las leyendas artúricas. Me preocupa que el proceso de resignificación postmoderna impida que la gente no los distinga.
¿Debe darse algún paso más, en lo que al estudio sobre la reliquia se refiere?
M.N.: Siempre digo que habría que ir a Jerusalén, a Tel Aviv. He insistido mucho en esto, pero hacerlo tiene un coste económico, como es natural. Y la investigación no puede desarrollarse sin inversión. Deberíamos contactar con los expertos de las universidades israelíes, que son de un gran nivel; desplazarnos allí, realizar estudios conjuntos con arqueólogos e historiadores judíos que contribuyan con su conocimiento a la investigación sobre el Santo Cáliz, y que nos digan libremente su opinión sobre nuestra reliquia.
C. M.: Y eso es arriesgarte a que sus datos puedan rebatir la hipótesis de que nuestra copa sea la auténtica. Lo más fácil es utilizar sólo cierta documentación para construir tu relato y seguir adelante con unas orejeras pseudohistóricas.
El Ayuntamiento y la Catedral colaboran para mejorar la visita a la Capilla del Santo Cáliz en el año jubilar
El Ayuntamiento de València, a través de la Fundación Visit València y en colaboración con los responsables de la reliquia y otras instituciones implicadas, ha realizado un estudio para mejorar la visita a la Capilla del Santo Cáliz y contribuir a que sea una experiencia lo más enriquecedora posible para el visitante.
Este estudio, que ya ha sido entregado a la Catedral, recoge sugerencias para optimizar la visibilidad de la reliquia o la gestión de los flujos de visitantes, entre ellas la instalación de pantallas o el lanzamiento de una visita especial con motivo del año jubileo 2025 con el objetivo de que sean valorados por parte de los responsables.
El último jueves de octubre de 2025 comenzará el tercer Año Jubilar del Santo Cáliz y la ciudad se prepara ya para acoger a peregrinos que desean obtener la indulgencia plenaria y a visitantes interesados en una de las reliquias cristianas de mayor relevancia histórica. Para ello, el Ayuntamiento ha solicitado a la Fundación Visit València que elabore un estudio y una lista de propuestas para ofrecer la mejor experiencia a los visitantes de cara a esta celebración.
La concejala de Turismo, Innovación y Captación de Inversiones, Paula Llobet; el concejal de Cultura, José Luis Moreno; y el director de la Fundación Visit València, Tono Franco; se han reunido con el Cabildo de la Catedral de València representado por el deán-presidente, Vicente Fontestad, el canónigo delegado de Patrimonio, José Verdeguer; y el canónigo celador del Santo Cáliz, Álvaro Almenar; para entregar este documento y valorar la puesta en marcha de algunas de sus propuestas.
Entre otras acciones, el estudio sugiere adecuar los flujos de visitantes dentro de la iglesia, mejorar la visibilidad de la reliquia y comenzar la visita con una puesta en contexto emotiva que recuerde a los participantes que la Iglesia lo considera el santo grial.
También se propone proporcionar a los participantes un sistema de audio inalámbrico, incorporar pantallas dentro o fuera de la Catedral o programar visitas especiales, entre otras posibilidades, según informan desde el Ayuntamiento.
La concejala de Turismo, Paula Llobet, ha afirmado que “este documento es solo una de las acciones que la Fundación Visit València tiene previsto poner en marcha para el año jubilar dedicado al Santo Cáliz, un símbolo de devoción espiritual y religiosa, pero también un pilar clave en la oferta turística cultural de València. Con este estudio buscamos mejorar el posicionamiento de nuestra ciudad como un destino único y diferenciado en el ámbito del turismo religioso y cultural y aprovechar al máximo el enorme potencial de este evento”, ha explicado Llobet.
También ha señalado que este año jubilar, que promete ser un evento destacado tanto a nivel espiritual como cultural, ha sido uno de los grandes protagonistas de la oferta que València presentó en FITUR y la Fundación Visit València lo llevará en su promoción durante todo el año con el objeto de mostrar al mundo su riqueza patrimonial y espiritual como destino de referencia en turismo religioso.