09 Jul Las Agustinas Descalzas de Benigànim ofrecen una convivencia vocacional en el monasterio de la Purísima Concepción Del 15 al 17 de julio
Las Agustinas Descalzas del monasterio de la Purísima Concepción, San José y la Beata Inés de Benigànim han organizado para el próximo fin de semana una convivencia vocacional para chicas que quieran acercarse a conocer la vida contemplativa y discernir sobre la vocación religiosa.
Estas jornadas, en las que podrán participar chicas mayores de 18 años, comenzarán el viernes 15 de julio a las 20 horas y finalizarán el domingo 17 tras la comida, según ha indicado Avelino Castells, formador del Seminario Mayor que dirige la convivencia.
Durante estos días todas aquellas mujeres que quieran participar se hospedarán en un espacio del monasterio, la Casa de Oración Rema Mar Adentro. El encuentro, que girará en torno al lema “Vuestra soy, ¿qué mandáis hacer de mí?”.
“Así, desde el corazón de la clausura, podrán ver y vivir la vida de las religiosas. Les será posible compartir la oración, las rutinas, la conversación, la alegría de la fe, las experiencias; en definitiva, una experiencia completa que, por un fin de semana, será una desconexión completa del quehacer diario para pararse a pensar, discernir, meditar e intentar comprender el sendero hacia el cual quieren redirigir sus vidas”, ha añadido.
Los requisitos para participar son escasos, además de la ropa necesaria cada participante habrá de llevar una Biblia, libreta y bolígrafo y, “por supuesto, la predisposición necesaria para encontrarse con el Señor”. Por su parte, el precio por el alojamiento no es otro que la voluntad que cada una quiera aportar.
Las religiosas en sus redes sociales ya están difundiendo la noticia de esta experiencia de convivencia a través de vídeos, en los que el mejor reclamo para acudir es la alegría y la fraternidad que viven en su monasterio.
Las Agustinas Descalzas viven en clausura dedicadas por entero a la oración. “Aquí dentro, liberadas de todo, podemos emplearnos con toda plenitud a la contemplación, al amor, pues cuando uno se desprende de todo es cuando de verdad posee todas las cosas”, señala la hermana Aurora.
La orden fue fundada en el siglo XVI por san Juan de Ribera. El entonces arzobispo de Valencia trabajaba por reformar la Iglesia en Valencia y hacerla más santa. Entendió que uno de los instrumentos más poderosos para ello era la oración y, en concreto, la creación de casas dedicadas por completo a ella.
“Él nos dio la Regla de san Agustín, sus ansias de buscar a Dios, su amor a la Iglesia y a la vida en comunidad, también, las Constituciones de santa Teresa de Jesús y por eso, somos pobres, sencillas y alegres y a ejemplo de santa Teresa buscamos a Dios en nuestro interior adentrándonos en las moradas interiores, como ella nos enseñó por medio de la oración”, explica sor Aurora.
De manera que la principal misión de las Agustinas Descalzas es mantener vivo el fervor por la Eucaristía, misión que se refleja en el saludo con que reciben a todos: ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar!