12 May La Gran Asociación de Beneficencia recibe al rector de la Basílica de la Virgen Jaime Sancho visita la sede de la institución
El día 3 de noviembre se cumplirán 170 años de la fundación de la Gran Asociación de Beneficencia Domiciliaria «Virgen de los Desamparados», conmemoración que se producirá en el marco del Centenario de la Coronación de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de la ciudad y del Reino de Valencia.
Esta tarde, el Rector de la Real Basílica, Jaime Sancho, ha visitado la sede de la Institución y ha sido recibido por el Presidente Manuel Sánchez Luengo, acompañado de una representación de la Junta Directiva, el Director del Colegio y la Jefa de Estudios del mismo. El Prof. Ballester-Olmos ha hecho una glosa histórica de la Gran Asociación de Beneficencia, y se ha hablado de los ciento setenta años de vinculación de la Institución con la Basílica y de devota profesión de fervor hacia la Patrona, materializada en importantes contribuciones a obras en el templo y a la restauración de un antiguo y valioso manto de la imagen.
Se han fortalecido los nexos y se han planteado importantes iniciativas e ilusionantes operativos a desarrollar a partir de ahora, con una especial atención al Año Jubilar y Centenario. El Presidente Sánchez Luengo ha entregado a Jaime la Medalla de los Ciento Cincuenta Años de la Institución y el Rector ha firmado en el Libro de Honor de la Casa.
A continuación, el Rector ha girado una visita por los lugares históricos y los rincones más emblemáticos de la casa mostrados por el Director D. Pedro Ramírez, finalizando la visita con una grata merienda servida en un agradable rincón del patio del Colegio que fue durante siglos en huerto del convento del Carmen.
A mediados del siglo XIX Valencia sufría una gran crisis económica que afectaba dramáticamente la economía doméstica de muchas familias de clase media que se encuentran en franca ruina. Eran hogares con paro u orfandad para cuyos cabezas constituiría un tremendo baldón pedir limosna como los pobres de solemnidad. Ese tipo de personas cuyos ingresos económicos habían tendido a cero eran los llamados pobres vergonzantes.
Para auxiliar a los más necesitados y también a ese otro colectivo a socorrer se creó la Gran Asociación de Beneficencia Domiciliaria y se puso bajo la protección de la Virgen de los Desamparados.
Su fundación por el profesor universitario Vicente Fillol Soriano tuvo lugar en la sacristía de la Real Basílica de la Virgen y fueron sus fines iniciales “extinguir el oficio de mendigo, dar educación a la tierna infancia y fomentar la beneficencia pública y domiciliaria”.
La Gran Asociación, a través de sus visitadores, atendía económicamente de forma discreta a esas familias (de ahí la expresión Beneficencia Domiciliaria), a la vez que abría las puestas de su sede a todos los necesitados y, en un patio que se construyó con una de las primeras estructuras metálicas de Valencia, servía raciones de comida a mendigos y a los más dramáticamente desprotegidos. En aquellos momentos la Asociación también creó un colegio atendido por religiosas y que siglo y pico más tarde refundó para constituir el espléndido Colegio Gran Asociación, magníficamente situado en todos los rankings nacionales.