22 Mar Mar Muñoz-Visoso: “Hay que saber valorar lo que hay de bueno en la propia cultura, pero también en la ajena” La directora ejecutiva del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), en el ciclo Dies Academicus
Convivencia, cultura y respeto han sido las palabras más repetidas por Mar Muñoz-Visoso, directora ejecutiva del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), durante su intervención en el ciclo Dies Academicus de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
En su conferencia “Interculturalidad: El camino para una convivencia social posible” ha compartido su experiencia en un organismo que tiene como objetivo promover y facilitar la inclusión y la integración de las diferentes culturas y grupos étnicos dentro de la iglesia y, desde la Iglesia, ser también un referente de diálogo e integración para la sociedad estadounidense.
La responsable del Secretariado de Diversidad Cultural ha defendido la importancia de esta labor en un país “que es un microcosmos de naciones unidas, en cada ciudad, y las parroquias no son una excepción. Allí las parroquias son muy multiculturales”. Por ello, desde el Secretariado se busca promover la competencia intercultural de todos los que trabajan en la Iglesia, además de prestar atención a las necesidades de los diferentes colectivos.
“Podemos definir la interculturalidad como la capacidad de comunicarse, relacionarse y trabajar con otros, más allá de los propios límites y barreras culturales”, ha explicado Muñoz-Visoso. Y ha subrayado cómo la interculturalidad es importante para desenvolverse profesional y socialmente, en ambientes cada vez más multiculturales y diversos. “Es importante también para promover una convivencia social productiva y fructífera, y pacífica, capaz del diálogo y de tender puentes de entendimiento y colaboración en proyectos comunes”, ha subrayado.
En esta línea, ha recordado que más allá de la curiosidad por la cultura y las tradiciones del otro, la mera tolerancia y la coexistencia, “la interculturalidad apuesta por la integración y la inclusión, respetando la dignidad del otro, y valorando lo que tiene que aportar a la sociedad, a la iglesia, etc.”.
La directora ejecutiva del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia de la USCCB ha animado a los presentes a adquirir y mejorar nuestras capacidades interculturales, trabajando en tres áreas fundamentales: conocimientos, habilidades y actitudes.
“Hay que saber valorar lo que hay de bueno en la propia cultura, pero también en la ajena”, ha defendido. En este sentido, ha señalado la necesidad de identificar los obstáculos que no nos permiten comunicarnos, relacionarnos y trabajar juntos. Estereotipos, prejuicios y actitudes discriminatorias o racistas que podamos albergar dentro de nosotros, consciente o inconscientemente, y que se dan también en nuestro entorno, ha destacado.
“No importa cuáles sean tus planes, hay que aprovechar las oportunidades que te presenta la vida”
Antigua alumna de Periodismo del CEU, Mar Muñoz-Visoso ha compartido cómo una estudiante española que soñaba con ser “corresponsal en el extranjero” llegó hasta el Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia de EE.UU.
Actual directora ejecutiva del Secretariado de Diversidad Cultural de la USCCB en Washington, Mar Muñoz-Visoso fue anteriormente directora adjunta de relaciones con los medios de comunicación. Cofundadora y primera directora ejecutiva del Centro San Juan Diego, también fue directora de la Oficina Hispana y editora del periódico diocesano El Pueblo Católico.
En 2010, recibió la Medalla Benemerenti de parte del Papa Benedicto XVI por su trabajo con los inmigrantes y la comunidad hispana en Colorado, y por su servicio sostenido y ejemplar a la Iglesia Católica.
La conferencia “Interculturalidad: El camino para una convivencia social posible” se enmarca en el ciclo Dies Academicus, una iniciativa del Servicio de Pastoral de la Universidad CEU Cardenal Herrera que posibilita el encuentro y diálogo como experiencia universitaria, fomentando la armonía entre fe, razón y vida.