14 May José Luis Sánchez, vicario de Cultura de Valencia: “La pobreza es un escándalo que se debe combatir con la caridad” La Línea de Investigación Pobreza y Hambre de la UCV ha presentado los trabajos desarrollados por cada una de las comisiones en un foro sobre las distintas pobrezas
La Cátedra de la Caridad de la UCV ha celebrado el Foro Pobreza y Hambre: sensibilización, retos y respuestas ante la pobreza humana, en el que diferentes investigadores y colaboradores de la línea Pobreza y Hambre de la cátedra han presentado los trabajos que vienen desarrollando durante el presente curso.
El vicerrector de Investigación de la UCV, José María Tormos, ha abierto el encuentro poniendo en valor la importancia de la implicación de la sociedad civil en esta investigación, que ya cuenta con iniciativas como las empresas sociales, que se dedican 100% a mejorar el entorno en el que vivimos. El Dr. Tormos ha recordado a todos los asistentes que “tenemos el reto de aprender a compartir, también el conocimiento, superando el egoísmo, más aún nosotros como universidad católica que somos”.
El director de la cátedra y vicario de Cultura de Valencia, José Luis Sánchez García, ha destacado que “las pobrezas son innumerables, tantas como heridas y sufrimientos en los hombres y mujeres de nuestro tiempo; la pobreza es un escándalo que se debe combatir con la caridad”. El Dr. Sánchez, ha recordado la denuncia que realiza el papa Francisco acerca de las nuevas pobrezas y esclavitudes que padece la humanidad en nuestro tiempo. Sánchez ha apuntado que “históricamente, cuando la Iglesia ha realizado la denuncia de una situación injusta, siempre ha ido acompañada de una propuesta en la búsqueda de soluciones”. Y ha puesto como ejemplo la creación de las cajas de ahorro frente a la usura. “Hay que buscar soluciones objetivas, porque cuando el tema de la pobreza y el hambre se ha mezclado con la ideología ha conducido siempre a desastres para la humanidad”, ha concluido.
Ginés Marco, presidente de la comisión que aborda el contexto y fundamento, ha destacado que la investigación de esta comisión ha partido del concepto de
pobreza en el ámbito sociológico. Posteriormente se ha adentrado en la antropología filosófica, al identificar que la pobreza es un estado de necesidad: “el problema de fondo es que la cultura actual genera unas expectativas que luego no puede satisfacer. De este modo, la pobreza se convierte en semilla de conflictos puesto que
no se reconoce la austeridad como una virtud pública”.
José Alfredo Peris, profesor investigador de Filosofía, Filosofía del Derecho y del Cine y Derechos Humanos UCV, ha destacado que “el cine puede ser una herramienta valiosa para mostrar el rostro del hombre que sufre”. En este sentido ha contrapuesto el cine personalista, fraguado al tiempo que la propia filosofía personalista en los años 30, al cine negro, transmitiendo unos valores que abren al hombre a la esperanza.
Mons. Fernando Chica Arellano, Observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, PMA y FIDA, ha planteado la propuesta de la Iglesia contemporánea para
renovar la forma de entender la cooperación internacional a la hora de combatir el hambre y la pobreza: “Benedicto XVI puso las bases de esta cooperación y el papa Francisco la ha llevado a su máxima expresión. No ha de prevalecer la vertiente puramente técnica o económica sino también la ética, la vocación de encuentro
desde un espíritu de auténtica cooperación. Damos demasiado poco si solo damos ayudas”.
María Gil, profesora de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales de la UCV, ha destacado que “cada vez hay más empresas que desarrollan su RSC, pero otras, directamente, son 100% sociales”. Ha presentado el caso de la empresa social valenciana Novaterra Social Logistics, centro especial de empleo que es un modelo de inserción laboral en la diversidad. Le ha acompañado Francisco Cobacho, presidente y fundador de la Fundación Novaterra, que ha explicado el
origen de la misma: “Para hacer personas que trabajen hay que reconstruir a la persona primero. Proponemos un viaje a la dignidad, un itinerario de integración de
personas con discapacidad intelectual y social”.
Alma Palau, docente en el Grado de Nutrición Humana y Dietética y coordinadora de Nutrición y Dietética en las Clínicas UCV, ha propuesto la cesta básica de alimentos como herramienta de política social y de salud pública para evitar la exclusión, desde tres perspectivas: la económica, la sanitario-dietética y la de seguridad alimenticia. Ha destacado la oportunidad que tienen las universidades de colaborar en la mejora de la alimentación, elaborando guías y orientaciones
nutricionales apropiadas para particulares e instituciones.
Jorge Mongil, profesor en la Universidad Católica de Ávila, ha alertado del fenómeno de la creciente desertificación, apuntando que en Europa un tercio de la
superficie susceptible de verse desertificada ya lo está. Ha indicado que “la pobreza es factor, causa y consecuencia de la desertificación”, y ha ofrecido un modelo
renovado del vínculo entre ambas realidades.
Vicente Cloquell, profesor titular de la Universitat Politècnica de València, ha planteado la necesidad de elaborar un indicador del consumo energético básico
(CEB), con el que “disponer de un cálculo fiable del consumo energético básico de una persona para que pueda tener una vida digna, que rompa algunas paradojas de los indicadores actuales, que no limitan el consumo energético y deberían hacerlo”. La pobreza energética es un nuevo parámetro de la pobreza en el mundo actual.
Alberto Sanz, profesor de la facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales de la UCV, junto con Juan Manuel Rodilla, responsable de Atención a personas e Innovación del Sant Joan de Déu Serveis Socials de Valencia, de la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios, y Gloria Puchol, responsable de investigación, han presentado el desafío creciente que supone la integración de las personas sin hogar en nuestras sociedades, en particular en Valencia.
Eduardo Agosta, experto en variabilidad y cambio climático y asesor principal en este tema en el Movimiento Laudato si’ del Vaticano, ha apostado por “superar la exclusión social que provoca la pobreza sin deteriorar el medio ambiente y la biodiversidad, claves para una vida digna en el planeta” y ha abogado por “un reparto justo de la carga financiera asociada a la reconversión energética, que no solo recaiga en los países en vías de desarrollo, sino de manera proporcional”.