“Estamos para ayudar a todos los alumnos, sean como sean, pero nos faltan recursos” Vicenta Rodríguez, Secretaria autonómica de Escuelas Católicas CV

“Estamos para ayudar a todos los alumnos, sean como sean, pero nos faltan recursos” Vicenta Rodríguez, Secretaria autonómica de Escuelas Católicas CV

FOTOS «A. Saiz» / Delegación Medios Arzobispado

Con la llegada de septiembre las aulas de los colegios se vuelven a llenar y comienza un curso nuevo. Una de las personas que más conoce el mundo de la educación es Vicenta Rodríguez, secretaría autonómica de Escuelas Católicas Comunidad Valenciana, que aglutina a cerca de 300 centros educativos. En el colegio del que es directora, Santa María de Valencia, y en medio de la vorágine de organizar el comienzo de curso, atiende a PARAULA para valorar el inicio de curso 2024-2025.

-Cómo se plantea este nuevo curso? ¿Cuáles son los retos que se plantea Escuelas Católicas?

– Comenzamos con mucha ilusión. Cada curso nuevo supone estrenar ilusión, renovar expectativas y por lo tanto, con ánimo positivo. El primer reto es el tema de la salud mental. Nos preocupa muchísimo el alumnado que tenemos en nuestros centros, que está viviendo situaciones de dependencia, por ejemplo, de los dispositivos electrónicos. Alumnos con determinadas enfermedades, determinados síndromes, determinadas deficiencias a las que hay que hacer frente. Y entonces la falta de recursos siempre nos frena mucho nuestro actuar. Hay que tener en cuenta que estamos para ayudar a todos los alumnos, porque cada uno es diferente, cada uno es distinto, cada uno tiene sus necesidades, pero no siempre podemos responder de la manera que nos gustaría.

De ahí que el reto sea ver ver cómo afrontamos el tema de salud mental en los centros, cómo desde la Conselleria nos pueden ayudar y pueden colaborar con los recursos humanos suficientes y también de la misma manera podemos ayudar a las familias, porque hay mucho sufrimiento en ellas y no saben muy bien cómo actuar.

Esta es la principal preocupación. Luego hay algunos temas menores como el cambio de curriculum de Secundaria o la aplicación de la ley valenciana de Educación con el tema de las lenguas. También está el tema de formación profesional, que va a ser toda dual. Otro tema es el económico, que siempre estamos infrafinanciados. La Conselleria ya nos ha anunciado que para el próximo curso tendremos ya en los presupuestos contemplado un incremento en la dotación de la partida a otros gastos, que eso no soluciona del todo, pero al menos aminora un poco el desfase entre los ingresos que recibíamos y el gasto que supone mantener un colegio privado concertado.

– Habla de que el principal reto es la salud mental. La Conselleria este curso va a implantar un plan. Sin embargo, ¿los centros concertados tienen recursos suficientes para atender a los alumnos con problemas mentales y con diversas necesidades especiales?

– Este curso se van a establecer 50 enfermeras en distintos localidades para atender a los centros. Quizás tendríamos que tener una enfermera escolar en cada centro. Y no sólo por el tema de salud mental, que también es esencial, sino también por la cantidad de situaciones que se van dando cada vez más en los centros de alergias, intolerancias, enfermedades, etc. Entonces una enfermera escolar sería muy bueno.

También sería muy bueno tener una dotación de profesor de audición y lenguaje en cada centro con jornada completa además de educadores de aula para atender a niños con necesidades especiales. Y por supuesto, experto que puedan atender las problemáticas de estas edades agravadas por el tema de las adicciones.

– ¿Hay mucha diferencia en estos recursos entre la red educativa pública y la concertada?

-Supongo que mis compañeros de la pública dirán que también necesitan más recursos. Pero es verdad, por ejemplo, que en la red pública hay más dotación, sobre todo para Infantil y Primaria, profesorado de Audición y Lenguaje o de Pedagogía Terapéutica, educadores de aulas de educación especial, de integración. Entonces sí que ellos tienen más recursos en este aspecto.

– Apuntaba antes de que la Conselleria se ha comprometido a subir la dotación económica a los centros concertados que ha estado congelada muchos años. ¿Las relaciones con la Conselleria son buenas? ¿Tienen en cuenta las propuestas que les planteáis?

– Le hemos dado el año de inicio y a pesar de todo, con pequeñas disensiones, ha habido acuerdos. Es verdad que es una Conselleria que no es beligerante contra la concertada. La relación es buena, tenemos diálogo, tenemos encuentros y hay aceptación de nuestras propuestas. También es verdad que hay situaciones económicas que no son favorables. Pero ya hay cosas positivas como por ejemplo la gratuidad de la Educación Infantil, que ha consistido básicamente en un incremento de la dotación económica para el bono infantil. Esto supone que más familias puedan escolarizar a sus hijos en edades más tempranas y que la familia pueda acceder al mundo laboral sabiendo que sus hijos pueden estar en el colegio.

También se ha incrementado, por ejemplo, la beca de comedor, que también llevaba muchísimos años con una cuantía muy por debajo de lo que supone el menú escolar.
Yo espero que este año sigamos avanzando, sigamos mejorando, no solo la concertada, que también porque partimos de un retraso y de un déficit de muchos aspectos, sino todo el sistema educativo. Cuanto mejor sea el sistema educativo, mejor serán nuestros alumnos y mejor serán los ciudadanos.

– Cuando vemos los datos de nuevos alumnos se percibe ya la crisis de natalidad. ¿Ha afectado a la educación concertada? ¿Cómo valoran la vuelta del distrito único?

– Pues en eso tenemos un par de opiniones no diferentes, pero sí que contrastan. Por ejemplo, el hecho del distrito único que se ha establecido en la Comunidad Valenciana ha favorecido algunos centros. Centros más populares, grandes y de gran tradición educativa, pues han visto que tienen mucho alumnado, que se han llenado las plazas. El distrito único ha favorecido que las familias puedan realmente elegir y entonces no importa donde vivas o donde trabajes, porque has podido solicitar cualquier centro, Eso, la parte positiva, la elección. Pero claro, la negativa significa que ha habido centros que han quedado con plazas vacantes, centros quizás más en la periferia, en barrios donde puede haber una población con más dificultades.

Eso ha sido un problema que tenemos en escuelas católicas y en toda la educación, también en los centros públicos, evidentemente, y paralelo a ello está el tema de la baja de natalidad. En diez años la Comunidad Valenciana ha perdido 28.000 niños y por tanto muchas aulas.

También estamos recibiendo muchos alumnos que proceden de otros lugares, estamos recibiendo mexicanos, venezolanos, colombianos, ucranianos y rusos en estos día. Esta realidad nos va a obligar a abrir corazones y oídos para poder comprender y atender y acoger a todos.

– Las escuelas católicas tienen una particularidad especial. ¿Qué aporta la educación católica?

– Nuestra propuesta educativa significa que seguimos siendo una respuesta a la pregunta de de las personas. Todo ser humano se hace preguntas en esta vida. Nosotros no pretendemos dar respuestas hechas, sino acompañar ese aprendizaje de los alumnos y se acompañamiento de las familias donde vayamos descubriendo respuestas que nos permiten tener un sentido de trascendencia. Y todo ser humano tiene un anhelo de espíritu. Unos lo van a buscar en el ‘mindfulness’ y otros la meditación. Unos lo van a buscar en espacios naturales y otros lo vamos a buscar en espacios religiosos. Pero sea como sea, Escuelas Católicas va a responder a ese sentido de trascendencia que es innato al ser humano.

Nosotros tenemos alumnos musulmanes, tenemos alumnos de otras religiones que buscan un colegio católico precisamente por los valores que tenemos. A pesar de que hay un laicismo imperante en la sociedad también es verdad que muchas familias van a buscar en centros católicos lugares donde educar a sus hijos. Creo que esa es la gran baza de escuelas católicas que dan sentido a la vida y que abrimos la posibilidad de trascendencia independientemente de tu credo, independientemente de tus convicciones.

Por eso la respuesta de escuelas católicas a las necesidades educativas sigue siendo válida. Estamos para generar otra manera de entender la vida y otra manera de afrontar las situaciones de la vida.

– Hablaba antes de los problemas que hay hoy en día con las adicciones, con la pornografía, con las las pantallas. Su contacto con los alumnos en las aulas les habrá alertado de la cantidad de problemas que se generan de estas adicciones. ¿Que está haciendo Escuelas Católicas para ayudar a los niños y a los jóvenes con esta realidad?

– En cada colegio procuramos en nuestro proyecto educativo y en nuestro código de conducta y en nuestro reglamento interior, aplicar aquellos medidas que pueden favorecer una excelente convivencia y generar un clima escolar adecuado y propicio para el aprendizaje.

A nivel de Escuelas Católicas el tema de las adicciones, de la dependencia, de las redes sociales, porque es una preocupación total de la comunidad educativa. Es necesaria la formación porque a veces vamos dando palos de ciego. Sabemos que esto no es bueno y buscar los límites siempre es complicado. ¿Hasta dónde sí y hasta dónde no? ¿Hasta dónde un libro digital o hasta un libro de papel? Ya sabemos que ahora hay una corriente que nos lleva otra vez a escribir a mano, que es lo perfecto. Escribir a mano desarrolla el cerebro, la corteza prefrontal, en fin, todo esto que Marián Rojas o Gregorio Luri nos indican. Los nuevos métodos permiten decir es bueno utilizar las tecnologías pero sin que sea lo esencial.

Si la tecnología es una ayuda hay que enseñar a los alumnos a usar los dispositivos electrónicos. Pero al mismo tiempo hay que desarrollar el aprendizaje escribiendo a mano, aprendiendo de memoria etc.

– Estamos, por tanto ante un tema importante y con muchas consecuencias en la vida de los niños y jóvenes.

– Lo que pasa es que eso repercute en las aulas como consecuencia. Todo lo que tiene que ver con el mundo digital, el mundo de internet, pues ocurre fuera del centro generalmente. Pero es verdad que luego tiene repercusión en el aula. Es decir, si un alumno llega cansado porque ha estado toda la noche jugando con videojuegos o está enganchado a las apuestas online. Tenemos alumnos en nuestros centros que juegan, tienen tarjetas de crédito y juegan. Claro, eso supone para las familias un problema. Un alumno que se gasta 300 o 400 euros en las apuestas online o un alumno que tiene que utilizar videojuegos hasta altas horas de la madrugada. Además, muy violentos, que cuando uno llega a clase no rinde o llega con una impulsividad sin agresividad que provoca enfrentamientos con sus compañeros.

De alguna manera sufrimos las consecuencias también de la pornografía. En los últimos cursos vemos chicas que se encuentran en situaciones muy comprometidas y muy dolorosas con su pareja, con el chico, porque él la trata igual que está viendo en las películas pornográficas.
Sufrimos las consecuencias en muchos casos y por eso tenemos que acudir tanto a la sociedad como a las familias para trabajar juntos en esta dirección.

– Cambiado de tema. Este año se va a realizar el estudio del informe PISA en alumnos de 6º de Primaria. ¿Está tan mal la educación cómo se ve en este tipo de informes?

– Yo creo que el informe PISA está bien, pero eso es como cuando te pones el termómetro que te encuentras un poco mal. Y bueno, voy a ponerme el termómetro a ver qué pasa. Pues tengo unas décimas. Entonces ya vas al médico o te tomas una paracetamol y ya está. Y ahora el informe PISA es un poco el termómetro, Es decir, nos marca cómo estamos de aprendizaje, cómo estamos en determinadas asignaturas. Sobre todo las matemáticas, la lengua, el inglés, pero tampoco es la exactitud personificada, porque eso a fin de cuentas te da unos datos. Pero claro, tampoco lo podemos convertir en la panacea esencial de todo, porque sino en el informe PISA España está muy mal. Y por cierto en la Comunidad Valenciana se ha reducido mucho el abandono escolar. Nos sirve para hacer un diagnóstico y trabajar. Pero siempre hay que tener en cuenta la diversidad de alumnos que hay en una misma clase y que no todos aprenden igual.

– Da la sensación que los políticos tratan mal la educación con el constante cambio de normativas, que además marean a los centros educativos.

– Haría falta en España un pacto educativo, un pacto donde todas las fuerzas políticas se pongan de acuerdo. Vamos a hacer una ley que realmente quiera que nuestros alumnos aprendan, sean personas de bien y un sistema educativo que sea común para todos los alumnos. También que se unifique la selectividad es justo porque el sistema universitario es abierto para toda España. Cualquier alumno que termina segundo Bachillerato Y que accede a la universidad puede elegir cualquier universidad del territorio español. Pero la base es distinta. No es lo misma selectividad en unas comunidades autónomas que en otras.

Otro tema que nos marea mucho a los docentes es que cambian las leyes, los currículos, las normativas y entonces no terminamos de asimilarla, no terminamos de entender por qué ese cambio.

– Estos días aparecen en los medios de comunicación informaciones del alto coste de la vuelta al cole. ¿Cómo se puede hacer para reducir los gastos y ayudar a las familias?

– En muchos de nuestros centros, la Asociación de Padres y Madres, el AMPA, se encarga de recoger uniformes y prestar uniformes y intercambiar uniformes. También ayuda mucho la Xarxa de Llibres, que aminora un poco el gasto familiar. También estamos intentando por ese principio evangélico de no derrochar y de no despilfarrar. Y ese sentido, al que nos invita también el Papa, de no malgastar el material y reutilizarlo.

– Para acabar; ¿qué mensaje quiere lanzar a los padres en el inicio de curso?

Decir a las familias que estamos para colaborar, que estamos para acompañar aprendizajes y que estamos para que reforzar la educación que se da en casa y a las familias que sepan que la escuela es su cómplice y nunca su enemigo.