19 May Mons. Luis Argüello: «El SAMIC es una propuesta con la solera suficiente para extenderse por la Iglesia española y con la colaboración explícita de la Santa Sede» El Servicio de Acompañamiento y Mediación de Valencia se presenta en la Archidiócesis de Valladolid
El SAMIC «es una propuesta naciente pero con la solera suficiente para que esté extendiéndose por la Iglesia española y además con esta colaboración explícita de la Santa Sede, de la Iglesia Universal». Además, «si consigue que la mediación obtenga un camino de ayuda, reconciliación, encuentro, volver a sacar brillo al amor primero, será estupendo». Con estas bonitas palabras se expresaba esta semana el arzobispo de Valladolid, Luis Javier Argüello, durante la presentación del Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónica de Valencia en la diócesis vallisoletana. Una iniciativa surgida de la experiencia en el acompañamiento de matrimonios, que «nos habla de situaciones de dificultad», recordaba Argüello.
Conocía y trasladaba el Arzobispo el trabajo desarrollado por el SAMIC en la Archidiócesis de Valencia y «la propuesta formativa y de acompañamiento» que ha lanzado en diversas diócesis españolas. De ahí su interés por presentar este trabajo para «complementar» las numerosas realidades que existen en el Diócesis de Valladolid y que asistieron a la presentación: el proyecto Aprendamos a amar, Familia y Vida, Preparaciones al Matrimonio, el COF Diocesano de Valladolid, la realidad de matrimonios jóvenes y la realidad del Tribunal Eclesiástico.
También asistieron representantes de Escuelas Católicas de Castilla y León, puesto que, como bien decía Mons. Argüello, en la vida de la parroquias y en las escuelas «se detectan a través de los niños y adolescentes los problemas que ponen de manifiesto en los colegios y que detrás de los cuales hay una situación familiar de dificultad».
Considera el Arzobispo de Valladolid que el SAMIC es una propuesta que debe ayudar a la acción pastoral a promover «la vocación al matrimonio, con una preocupación en todo el acompañamiento inicial, en el camino de preparación a la recepción del Sacramento del matrimonio, y con un deseo de poder acompañar en los primeros años del matrimonio».
Tras escuchar la presentación del Servicio de Atención y Mediación en la que participaron, entre otros, su director, Jorge García, Luis Argüello quiso destacar dos ideas o «ecos» principales. En primer lugar, «el eco de la comunión», que supone «poder trabajar en colaboración porque muchas de estas realidades existen». El segundo lugar, el eco «específico» de la formación «que se añade a la formación básica, incluso a la profesional, que muchas personas puedan tener, de psicología, derecho, teología o espiritualidad; sin descuidar la formación a los matrimonios para que puedan acompañar». «Entiendo esta colaboración en un trabajo concreto, siguiendo la expresión del Papa Francisco que nos pide trabajar más por proyectos que por oficinas», dijo el Arzobispo.
«El mundo en el que vivimos tiene enormes destellos de belleza», añadió Mons. Argüello, «pero evidentemente la sociedad en la que estamos es patógena y sin querer estar mirando todo el tiempo a la patología, tenemos que sembrar belleza y en ese sentido nuestras fuerzas son frágiles y por eso tenemos que hacer un esfuerzo de apoyo y de comunión».
Desde el SAMIC de Valencia consideramos tan interesantes e inspiradoras las palabras del Arzobispo de Valladolid, que queremos compartirlas de forma íntegra.
ARZOBISPO de VALLADOLID, monseñor Luis Javier Argüello García (Valladolid, 15 de mayo de 2023)
Nosotros queremos ofrecer la presentación de este Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónica, SAMIC, en situaciones matrimoniales de crisis, de líneas de fuerza, de la acción pastoral y de nuestra diócesis en particular, que quiere ser todo aquello que promueva la vocación al matrimonio, con una preocupación en todo el acompañamiento inicial, en el camino de preparación a la recepción del Sacramento del matrimonio, y con un deseo de poder acompañar en los primeros años del matrimonio, y todo esto en un ámbito en el que la Iglesia a través de las comunidades parroquiales y otras realidades diversas de vida apostólica y comunitaria, puedan acompañar toda esta vida del Sacramento en esta realidad tan importante para la vida de la Iglesia y de la Sociedad.
Pero al mismo tiempo, en nuestra propia experiencia en el acompañamiento de matrimonios, nos habla de situaciones de dificultad; por eso conociendo la realidad de este Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónica que surge en la Diócesis de Valencia y que además la propuesta formativa y de acompañamiento a otros “acompañantes” se ha puesto en marcha en diversas diócesis de España, nosotros hemos querido complementar las realidades que existen en nuestra Diócesis: desde el proyecto Aprendamos a amar, Familia y Vida y Preparaciones al Matrimonio, COF, la llamada ITV matrimonial, la realidad de matrimonios jóvenes y la realidad de un Tribunal Eclesiástico que existe en nuestra Diócesis, cómo no, a la hora de abordar canónicamente conflictos .
En la propia vida de las Parroquias y en las Escuelas católicas, se detectan a través de los niños y adolescente los problemas que ponen de manifiesto en los colegios y que detrás de los cuales hay una situación familiar de dificultad.
Por todo esto he creído importante el conocimiento de este servicio de la Diócesis de Valencia, ya extendido a otros lugares y otras Diócesis españolas, para que las diversas realidades que estamos aquí y en la medida que pensemos que nos puede ser útil lo podamos acoger y recibir.
El hecho mismo de que nuestra Diócesis se encuentre en el comienzo de un año jubilar por el Sagrado Corazón de Jesús y queriendo poner en el centro de la vida de la Iglesia a Jesucristo en el amor misericordioso de su corazón, hace que expresiones de esta misericordia puedan aterrizar en diversos ámbitos de nuestra propia vida personal, familiar, eclesial y social. Por eso no cabe duda que a lo que el propio Papa Francisco nos invita en Amoris Laetitia y que encontramos en nuestras experiencias, es que la Iglesia también pueda ofrecer en estas situaciones una encarnación del Amor misericordioso que brota del Amor de Cristo. Si esto consigue que la mediación obtenga un camino de ayuda, reconciliación, encuentro, volver a sacar brillo al amor primero, será estupendo.
No podemos detenernos, debemos hacer un esfuerzo de onda larga, ante las situaciones concretas que se puedan producir, y en ese sentido es bueno que podamos contar con personas formadas, con personas sensibles y con la ayuda y los recursos que nos puedan ofrecer desde otros lugares. Es un tiempo, diría la Santa de Ávila, para juntar espaldas y para unir colaboraciones y esfuerzos desde las diversas realidades con las que el Señor enriquece nuestra vida y nuestra Iglesia, para esto también es importante la comunión entre las Iglesias, y es por eso que hemos pedido a estos amigos y hermanos nuestros, que se acercaran desde la Diócesis de Valencia, después de una gran fiesta que han tenido entorno a la Virgen de los Desamparados que vivieron ayer en Valencia, para que vinieran a contarnos la experiencia que están viviendo del SAMIC y desde ahí la propuesta de formación y de apoyo que puedan realizarnos.
Palabras de Mons. Argüello tras la presentación realizada por los representantes del SAMIC de la Archidiócesis de Valencia.
El primer eco que me surge tras escucharos es el poder trabajar en colaboración porque muchas de estas realidades existen, veo el eco de la comunión. Y luego otro eco, que es el específico, el de la formación que se añade a la formación básica, incluso a la profesional, que muchas personas puedan tener, de psicología, derecho, teología o espiritualidad; sin descuidar la formación a los matrimonios para que puedan acompañar.
Es una propuesta naciente pero con la solera suficiente para que esté extendiéndose por la Iglesia española y además con esta colaboración explícita de la Santa Sede, de la Iglesia Universal.
Entiendo esta colaboración en un trabajo concreto, siguiendo la expresión del Papa Francisco que nos pide trabajar más por proyectos que por oficinas.
El mundo en el que vivimos tiene enormes destellos de belleza pero evidentemente la sociedad en la que estamos es patógena y sin querer estar mirando todo el tiempo a la patología, tenemos que sembrar belleza y en ese sentido nuestras fuerzas son frágiles y por eso tenemos que hacer un esfuerzo de apoyo y de comunión.
Nos hace falta generar una sociedad sana, y eso se llama “Evangelizar” y hacer Iglesia es la mejor manera de hacer sociedad.
Desde el paso adelante os pido disponibilidad vuestra y de las personas que conocéis, también hemos de dar un paso institucionalmente y hacer un doble movimiento, en el que se dé una respuesta al movimiento institucional de personas disponibles.
Ponemos en manos de María esta propuesta, que el anuncio que hemos escuchado nos encuentre en los brazos de nuestra Madre.