El rector del Santuario de Nuestra Señora de los Desamparados de Filipinas, recibido por el Arzobispo en Valencia, visita la Basílica Lamberto Ramos es rector del templo dedicado a la Mare de Déu en Marikina, Manila

El rector del Santuario de Nuestra Señora de los Desamparados de Filipinas, recibido por el Arzobispo en Valencia, visita la Basílica Lamberto Ramos es rector del templo dedicado a la Mare de Déu en Marikina, Manila

Fotografías: MªJesús Fernéndez

Lamberto Ramos, rector del «Santuario Our Lady Of the Abandoned», misma advocación que Nuestra Señora de los Desamparados en Marikina, Filipinas, ha viajado a Valencia para conocer la imagen de la Mare de Déu y visitar la Real Basílica, donde fue recibido por el rector, Melchor Seguí, y vicerrector, Álvaro Almenar.

Lamberto Ramos vino acompañado de varios sacerdotes filipinos, entre ellos Greg Gaston, rector del Pontificio Colegio Filipino para sacerdotes en Roma. Todos ellos fueron recibidos por el Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, a quien transmitieron su alegría de poder entablar una relación cercana para ambos santuarios con la misma advocación,  tan extendida por el mundo y a la que se le tiene gran devoción en Filipinas.

Durante la visita, concelebraron una eucaristía presidida por Melchor en la Basílica. y subieron al camarín para poder estar cerca y rezar ante la imagen original de la Virgen de los Desamparados. También pudieron ver de cerca la imagen peregrina de la Mare de Déu, «momentos de gran recogimiento y emoción al poder estar tan cerca de ambas imágenes».

Melchor Seguí les enseñó al Museo Mariano de la Basílica, el Muma, y junto al presidente de los Seguidores, José Luis Albiach, así como la ruta urbana mariana, en la que visitaron el Capitulet, primera capilla de la Virgen. Además, Lamberto Ramos se reunió con Manolo López Pellicer, Clavario Mayor de la Archicofradía de la Virgen, y  la camarera de la Virgen, MªDolores Alfonso, quien le explicó algunos detalles de los mantos de la Virgen.

«Una visita muy especial para todos, que supone el comienzo de una relación de hermandad y cercanía entre ambos santuarios con la misma adovación a Nuestra Señora de los Desamparados a tantos kilómetros de distancia».