12 Dic El Papa Francisco recibe a una delegación de Manos Unidas Con motivo del 65 aniversario de la organización
Con motivo de su 65 aniversario, el Papa Francisco ha recibido a una delegación de Manos Unidas, a quienes ha animado a “que sigamos tocando al pobre ante la indiferencia del mundo y las circunstancias dolorosas que les han tocado vivir”.
“Hermanas y hermanos, los animo a seguir adelante con su hermosa misión de voluntariado, de asistencia, de caminar juntos”, es el mensaje que ha dirigido el Santo Padre a los representantes de Manos Unidas. “Y ya cercanos al Jubileo, los invito a ser peregrinos de esperanza y a reorientar la vida hacia Jesús, también a través de su contribución a la mejora material, al progreso moral y desarrollo espiritual de los más frágiles y necesitados, para ayudarlos a conseguir una vida que responda a la dignidad de hijos de Dios”.
A esta visita acudieron miembros de la Comisión Permanente, con la presidenta de Manos Unidas al frente, Cecilia Pilar, quien ha manifestado que ha sido emocionante celebrar este 65 aniversario con el Santo Padre. Cecilia Pilar ha señalado que ha visto al Papa con «una extraordinaria fuerza mental». Entre los asistentes a este encuentro con el Santo Padre se encontraba también el consiliario de Manos Unidas y obispo de La Calzada-Logroño, Santos Montoya. También se encontraba Ana Ruiz Ruiz, que ha sido delegada de Valencia durante seis años.
“Pensando la labor que, con la sensibilidad y la fortaleza propias del genio femenino, ustedes realizan en la erradicación de esos males que siguen golpeando a tantas naciones, quisiera hacer referencia a la figura de la Madre de Dios, a quien celebramos en su Inmaculada Concepción. Porque la Virgen María es la Mujer por excelencia”, añadió el Pontífice.
“Ella es el modelo plenamente realizado de nuestra humanidad, a través del cual, por la gracia de Dios, todos podemos contribuir para mejorar nuestro mundo”, expuso el Papa Francisco.
Ofrenda floral a la Inmaculada
Desde Manos Unidas agradecen también la acogida de la embajadora, Isabel Celaa, que invitó a parte de la delegación a asistir a la ofrenda floral del Papá en la Plaza de España, ante la imagen de la Inmaculada Concepción, desde los balcones de la Embajada. «Fue un acto precioso y tuvimos el privilegio de seguirlo en primera línea», rememora la presidenta Cecilia Pilar Gracia.
En este acto, el Santo Padre bendice unas flores para la Virgen que expresan «nuestro amor y gratitud» y detrás de las que se esconden «las oraciones, los suspiros, hasta las lágrimas, especialmente las lágrimas de los pequeños y de los pobres», explicó el Santo Padre.
Además, todos los representantes de Manos Unidas en este viaje asistieron a la posterior recepción de la Embajada Española.