El Arzobispo preside la celebración de Sant Bernat, Maria i Gracia en Carlet

El Arzobispo preside la celebración de Sant Bernat, Maria i Gracia en Carlet

El Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, presidió la celebración en Carlet de los santos Bernardo María y Gracia en su fiesta el 23 de Julio, día en que se hallaron las reliquias tras la Guerra de las Germanias. Los santos Bernardo, María y Gracia, hermanos mártires del siglo XII (1180) naturales de la población valenciana de Carlet, se conmemoran en Alzira y en el caso de Carlet, coincidiendo con su festividad litúrgica.

En Carlet se celebró Romeria con las reliquias desde la Parroquia de la Asunción hasta la ermita de Pintarrafes, donde se recuerda su lugar de nacimiento. Allí se celebró la Eucaristía presidida por el Arzobispo, Mons. Enrique Benavent con la presencia de autoridades, los alcaldes de Benimodo y Carlet, ambos diputados provinciales, y miembros de las Cofradias de los Santos Patronos de Carlet y Alzira. Tras la Eucaristía, el Arzobispo de valencia firmó en el libro de Oro de la Cofradia y compartió el almuerzo popular con los asistentes.

En la actualidad, los santos Bernardo María y Gracia son venerados, además de en Alzira y Carlet, en diferentes localidades de la diócesis, como Benimodo, Guadassuar o Poble Nou, así como en la Catedral de Valencia, en Onda (Castellón) y en Poblet (Tarragona).

Santos Bernardo María y Gracia
San Bernardo (Carlet, 1135-Alzira, 1181), de nombre Ahmet Ibn al Mansur, fue hijo del rey musulmán de Carlet. En 1156 decidió bautizarse con el nombre de Bernardo e ingresar como monje en el monasterio de Santa María de Poblet, en la provincia de Tarragona, habitado por una comunidad de religiosos cistercienses. En 1181, volvió a Valencia para predicar el evangelio. A su padre fallecido la había sucedido en el señorío de Carlet su otro hijo, que se opuso a la predicación evangélica de su hermano Bernardo. También se convirtieron al cristianismo sus hermanas Zaida y Zoraida, que fueron bautizadas con los nombres de María y Gracia. Los tres hermanos se vieron obligados a huir aunque fueron capturados y martirizados en Alzira, en el caso de San Bernardo, clavándole un clavo en la frente, y en el caso de sus hermanas, siendo degolladas.