El Arzobispo nombra nuevo delegado de Misiones al valenciano Francisco Ferrer Bravo, que fue durante seis años misionero en Perú En sustitución de Arturo Javier García, Obispo auxiliar de Valencia

El Arzobispo nombra nuevo delegado de Misiones al valenciano Francisco Ferrer Bravo, que fue durante seis años misionero en Perú En sustitución de Arturo Javier García, Obispo auxiliar de Valencia

  • Mons. Enrique Benavent destaca su gran experiencia y espiritualidad misionera que “puede ayudarnos a fomentar el espíritu misionero a nivel diocesano”
  • El nuevo delegado acoge el nombramiento con el deseo de que todos los cristianos “tengan ilusión por el anuncio del Evangelio”

El Arzobispo de Valencia, mons. Enrique Benavent, ha anunciado hoy el nombramiento del sacerdote valenciano Francisco Ferrer Bravo como delegado de Misiones en la archidiócesis, en sustitución de Arturo Javier García, Obispo auxiliar de Valencia.

El relevo tiene lugar tras la designación de mons. Arturo Javier García como Obispo auxiliar el pasado mes de noviembre, y después de haber sido director diocesano de las Obras Misionales Pontificias y delegado de Misiones en Valencia desde 2011.

Francisco Ferrer Bravo, que también fue formador en el Seminario, natural de La Pobla del Duc, marchó como misionero a Perú en 2010, donde estuvo hasta finales de 2016. Y, entre otros destinos, también ha sido párroco en Santa Teresa de Jornet, de Valencia, y en Agres y Alfafara.

Mons. Benavent: “Tener una experiencia de vida sacerdotal misionera ayuda a valorar la dimensión misionera de la Iglesia”

(Fotos: A. Sáiz-Delegación Medios Comunicación Arzobispado Valencia)

Tras el rezo del Angelus hoy, en el Palacio Arzobispal, el Arzobispo ha destacado la gran experiencia misionera de Francisco Ferrer y, sobre todo, su “espiritualidad misionera”, una experiencia que “puede ayudarnos a que a nivel diocesano fomentemos ese espíritu misionero y ayudar a la Iglesia en sus necesidades en las misiones”.

En ese sentido, ha indicado que “tener una experiencia de vida sacerdotal misionera ayuda a valorar la dimensión misionera de la Iglesia” y este es el caso de Francisco Ferrer, “una persona que ama las misiones” y que, por tanto, “valora mucho esa dimensión misionera de la Iglesia”.

Precisamente, la ceremonia de envío como misionero, en 2010, tuvo lugar en la parroquia Asunción de Nuestra Señora de la Pobla del Duc, su localidad natal, presidida por mons. Enrique Benavent, siendo entonces obispo auxiliar de Valencia.

Francisco Ferrer: “Mi intención será primero conocer y aprender, para luego trabajar juntos en el futuro próximo”

Tras anunciarse su nombramiento, Francisco Ferrer ha expresado su enorme alegría aunque acoge esta nueva etapa “con mucho respeto, porque evidentemente estamos hablando de la animación misionera, de los agentes en la diócesis, y para mí es algo muy novedoso, aunque tengo experiencia misionera”.

El nuevo delegado de Misiones, recordando su etapa como misionero en Perú, expresa su deseo de que “todos los cristianos, que todos los cristianos laicos, sacerdotes, religiosas, todos tuviéramos ilusión por el anuncio del Evangelio, por transmitir lo que por el bautismo tenemos en común”. “Me gustaría que por lo menos todos los que somos bautizados tuviéramos ilusión, ganas y fuerza por transmitir eso allí donde estemos, allí donde Dios nos ponga en cada momento, en cada circunstancia, esa ilusión por transmitir el Evangelio”.

Francisco Ferrer ha indicado que en esta nueva etapa necesita en primer lugar conocer y aprender: “Soy muy consciente de que es un servicio que nunca lo he realizado y voy a empezar por ahí, por conocer qué es lo que se ha hecho hasta ahora en la delegación de misiones, cómo se están haciendo las cosas y en el futuro próximo Dios dirá, pero de momento mi intención es conocer, conocer a la gente que está colaborando en la diócesis para aprender también a trabajar juntos en el futuro próximo”. Y, así, “desde lo que conozca, desde lo que vea, proyectar posibilidades”, ha explicado.

Seis años como misionero en Perú

De su etapa como misionero destaca que es una labor “muy gratificante, en todos los sentidos, a pesar de los problemas que encuentras en la misión, sobre todo en las personas más pobres y humildes, y es gratificante por la convivencia y porque compartes con ellos la fe y el hacer frente a las dificultades apenas sin medios, algo que llena todo el corazón a cualquier persona, y también al misionero”.

En Perú desarrolló labores pastorales en dos parroquias, una ubicada en una zona muy pobre del país, impulsó la creación de las Cáritas parroquiales e hizo especial hincapié en el acompañamiento a familias y parejas, ya que la gran mayoría se encuentran desestructuradas.

Igualmente, Francisco Ferrer ha estado muy vinculado a la delegación de Misiones de Valencia, y participó en la Campaña del DOMUND en 2017 ofreciendo su testimonio.