15 Dic El Arzobispo, Enrique Benavent, felicita la Navidad a todos los valencianos en su primera misa en la Basílica "Este es el motivo de la alegría de la Navidad, que somos hijos de Dios. Vivamos, por tanto, como auténticos hijos suyos”
El Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha presidido hoy, jueves, su primera misa en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, tras su toma de posesión en la archidiócesis el pasado sábado, en la que ha felicitado la Navidad a todos los valencianos y devotos de la Mare de Déu dels Desamparats y les ha expresado que el motivo de la alegría en estas fechas es “que somos hijos de Dios”.
Previamente al inicio de la eucaristía, que ha sido retransmitida en directo por La 8 Mediterráneo para toda la Comunitat Valenciana, el vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar, le ha dado la bienvenida afirmando que “ésta es su casa” y, a continuación, el Arzobispo ha saludado a todos los que han acudido a la Basilica para participar en esta celebración así como a todos los que la han seguido desde sus casas, enfermos, residencias de ancianos y fieles de la toda la Comunidad Valenciana.
En su homilía, Enrique Benavent ha asegurado que “entrar y formar parte del Reino de Dios, no consiste simplemente en ser una gran persona, no consiste simplemente en una perfección moral”, sino que “significa haber sido recreados por la gracia de Dios, haber sido hechos hijos de Dios. Eso es lo que el Señor ha venido a traernos, ha venido a traernos a Dios, ha venido a ofrecernos la posibilidad de ser hijos de Dios”.
“Estamos, por tanto, ante una nueva creación, que no es fruto del esfuerzo humano, sino que es un regalo de Dios que nos ha dado a través de su hijo Jesucristo”, ha añadido. “Él nos quiere dar mucho más de lo que nosotros nos podemos imaginar. En Jesucristo, Dios nos ha dado mucho más de lo que nos merecemos”.
El hecho de ser llamados a la vida humana “es ya un gran regalo del Señor, pero el Señor no se conforma con eso, nos ha querido hacer su hijos, y que a través de Él lleguemos a ser y vivir como hijos de Dios”. Y, “este es un regalo mucho más grande e inmenso de lo que nosotros podíamos esperar, un regalo mucho más grande de lo que nosotros podríamos imaginar. Esto nos tiene que llenar de alegría”, ha expresado.
Así, “ser hijos de Dios es lo más grande que todo ser humano puede imaginar. Esto es lo que celebramos en Navidad, lo que nos disponemos a celebrar”, según el Arzobispo.
«Si Juan Bautista fue un gran santo no era tanto por ser un gran profeta, si no porque él, con su predicación, con su fe y su amistad con el Señor entró en el Reino de Dios y participó de esa vida de la gracia a la que Dios nos llama a todos y estamos llamados a vivir con inmensa alegría. Este es el motivo de la alegría de la Navidad, que somos hijos de Dios, en Jesucristo y por Jesucristo, que vivamos por tanto como auténticos hijos de Dios”.