25 Nov El Arzobispo de Valencia y sus auxiliares electos asisten a la audiencia con el Papa en el inicio del IPJPII
El Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent y sus auxiliares electos, Mons.Fernando Ramón y Mons. Arturo J. García han asistido a la audiencia con el Papa Francisco en la Sala Clementina del Vaticano con motivo del inicio del Año Académico del Instituto Teológico Juan Pablo II para Ciencias del Matrimonio y la Familia. El Santo Padre se ha dirigido a la comunidad educativa, entre la que se encuentran las sedes de los Institutos Pontificios en España, Mons. Enrique Benavent preside la Sección del IPJPII en Valencia.
El Papa Francisco ha señalado que “el Instituto Juan Pablo II debe tener un conocimiento crítico, es bueno que las oficinas del Instituto realicen sus actividades en diálogo con instituciones culturales, incluidas las de diferentes orígenes. Hay que avanzar en estas relaciones, es importante” y ha resaltado, como señaló el documento final del Sínodo, que “las familias son un lugar privilegiado para aprender y experimentar las prácticas esenciales de una Iglesia sinodal”. En otro momento de su discurso ha reafirmado que “el Sínodo enriqueció la conciencia eclesial: la unidad misma de la Iglesia requiere el compromiso de superar las diferencias o conflictos culturales”.
Respecto a la mujer ha afirmado que aún “hay países en los que a menudo las limitaciones y las imposiciones pesan sobre las mujeres, obligándolas a posiciones de subordinación. “Entre los discípulos del Señor ha habido también mujeres. Esto no significa que se anule la diferencia entre ambos, sino que en el plan de salvación no hay discriminación entre el hombre y la mujer”.
“La Iglesia no cierra las puertas”
En cuanto a quienes conviven posponiendo indefinidamente su compromiso conyugal y para los divorciados vueltos a casar, el Papa ha recordado que “las primeras comunidades cristianas se desarrollaron acogiendo a nuevos creyentes. Entrar en la Iglesia significa inaugurar una nueva fraternidad, fundada en el Bautismo, que abraza la vida, e incluso el enemigo. La Iglesia no cierra las puertas a quienes luchan en el camino de la fe, al contrario, las abre de par en par, porque todos necesitan una atención pastoral misericordiosa y alentadora. Todos. No olvidéis ese «todos», que es la vocación de la Iglesia, madre de todos. Su presencia en la Iglesia testimonia la voluntad de perseverar en la fe, a pesar de las heridas de experiencias dolorosas. Sin excluir a nadie, la Iglesia promueve la familia, fundada en el matrimonio, contribuyendo a hacer más sólido el vínculo conyugal. Por muy herida que esté una familia, las heridas se curan con amor”.
Finalmente ha pedido a todos los integrantes de la comunidad académica que sean “testigos de servicio y de hospitalidad. Este estilo sinodal corresponde a los grandes desafíos de hoy. En este estilo de Iglesia es muy importante que antes de anunciar, escuche la Palabra que proviene de las voces de los demás, porque Dios habla a través de todos. Auguro a todos un fructífero Año académico”, ha concluido.