25 Jun El Arzobispado promueve la rehabilitación del antiguo Monasterio de Corpus Christi en el centro de Valencia como Casa Sacerdotal El proyecto se está financiando con donativos de particulares y parroquias
El Arzobispado de Valencia promueve, en la actualidad, la rehabilitación del antiguo Monasterio de Corpus Christi en el centro de Valencia como Casa Sacerdotal, para «ayudar a quienes son y han sido anunciadores de la belleza del Evangelio a todos nuestros hermanos en Cristo», según afirma el arquitecto Juan Reig Martínez.
El proyecto ha sido presentado en el marco de las visitas a las vicarías que realizan conjuntamente el vicario general y el ecónomo diocesano, junto a otros asuntos de interés e información económica.
La financiación de la rehabilitación de la casa sacerdotal se está realizando con donativos de particulares y parroquias. Para colaborar pueden acceder al portal donoamiigleisa.es
Según los datos técnicos, «sobre una parcela de 6.188 m2 y con un espacio libre ajardinado de 3.411 m2 se alza este edificio histórico que cuenta con una iglesia, el antiguo edificio monacal y otros pabellones y dependías anejos, en el que se han proyectado 54 habitaciones, todas ellas con baño completo incorporado, de las cuales 30 son adaptadas para personas con movilidad reducida», explica el arquitecto.
El proyecto «pone en valor la configuración arquitectónica y elementos históricos más destacables del edificio, a la vez que resuelve sus patologías estructurales y constructivas, actualizando completamente todas sus instalaciones hasta conseguir la plena habitabilidad y confort funcional. Contempla también la eliminación de barreras arquitectónicas y dispone de los ascensores más modernos que comunican todas sus plantas, permitiendo el uso accesible de sus dependencias. Destaca también la conservación del espacio libre ajardinado y todo su arbolado y paseos, permitiendo su completo uso y disfrute».
Igualmente, se ha trabajado la rehabilitación de la planta baja y dos pisos con «absoluto respeto a la condición patrimonial del edificio pero dotándolo de unas instalaciones de climatización, ventilación, aislamiento acústico y térmico, comunicación, etc. totalmente nuevas».
La planta baja (con numerosos accesos al espacio libre ajardinado y a la iglesia que dan un carácter totalmente permeable al edificio) se asume como contenedor de los servicios y dependencias comunes necesarios para la satisfacción del programa establecido: conserjería, 3 salas de visitas, claustro de pasos perdidos, accesos a la iglesia, 2 comedores, cocina y lavandería con sus dependencias anejas, sala de estar, servicios de enfermería y botiquín, fisioterapia, peluquería y podología con sus aseos y vestuario, sala de TV, biblioteca y sala de estudio.
La planta primera dispone 28 habitaciones adaptadas, una capilla para las situaciones de movilidad más deteriorada, salas de estar y otras dependencias. La planta segunda, donde se hayan otras 24 habitaciones, permite el acceso al claustro superior para su disfrute como deambulatorio.
Este proyecto, que inició su singladura en 2020 al solicitar la licencia de obras, cuenta ya desde el mes de febrero de este año con licencia de obras y se hará pronto una realidad puesto que está previsto el inicio de estas después del verano. «Ahora mismo estamos en plena fase de licitación: tras haber invitado a trece empresas al proceso, el pasado viernes presentaron su oferta cinco, que se están analizando», afirma el arquitecto. A pesar del tiempo transcurrido y las dificultades, se dispone de la financiación del 50% del coste de construcción y amueblamiento del edificio, «gracias a las generosas aportaciones de sacerdotes y parroquias que, desde el primer momento, quisieron contribuir fraternalmente a construir esta Casa para sus hermanos más necesitados».