09 May El acompañamiento y la escucha, claves del último curso de formación para voluntarios de Pastoral Penitenciaria El Arzobispo saludó a los participantes
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, realizó este fin de semana un saludo de bienvenida a los participantes en el curso de formación organizado por la Pastoral Penitenciaria del Arzobispado para sus voluntarios que, en esta última sesión, aprendieron nuevas claves sobre el acompañamiento personal a las personas privadas de libertad y la importancia de la escucha.
En este encuentro, celebrado en la sede del Arzobispado de la calle Avellanas de Valencia, el Arzobispo animó a continuar la labor que realiza la Pastoral Penitenciaria con los internos del centro penitenciario de Picassent, gracias a la colaboración de los capellanes y de los voluntarios.
La del sábado fue la última sesión del curso de formación que ha contado, en este curso, con la participación de 35 personas “con interés en el voluntariado de prisiones pero también en temas como el acompañamiento personal” y del que se celebraron dos jornadas más en noviembre de 2021 y el pasado mes de febrero, explican desde la Pastoral Penitenciaria.
En la primera sesión se abordó el tema de la escucha y el perdón, “trasladando a los participantes varias ideas, entre ellas, la de saber vivir el perdón (perdonarse y perdonar a otros) como una posibilidad, una capacidad y un valor que hay que desarrollar como persona”, destacan.
La segunda de la formación se centró en “el acompañamiento como relación de ayuda y como una manera de cambiar el mundo aquí y ahora. Y Jesús en el Evangelio nos señala un modo claro de relación basado en el encuentro, la acogida, el diálogo y la curación”.
En la última jornada “la formación profundizó más en el tema del acompañamiento, subrayando la importante labor de los voluntarios de la Pastoral Penitenciaria, que están presentes en la vida del encarcelado, al que deben escuchar para dejar que abra su interior”. Por tanto, el curso les ha aportado las claves “para crear ese ambiente en donde se escucha y acoge lo que late en la otra persona y para encontrar las palabras, gestos y silencios adecuados para conectarle con esa dimensión que le pertenece: él mismo”.