11 Oct Concierto de la Escolanía en Alborache para celebrar a su patrona, la Virgen del Rosario Dentro del 350 aniversario del milagro de Nuestra Señora de los Desamparados a Jaime Renovell
Alborache celebró este fin de semana la fiesta de la Virgen del Rosario, patrona de la localidad valenciana junto con Santiago Apóstol y Santa Ana, con un concierto de la Escolanía de la Virgen en la iglesia parroquial y una misa presidida por Jaime Sancho, rector de la Basílica en los últimos cinco años.
Estos actos también forman parte del 350 aniversario del conocido como “milagro de Nuestra Señora de los Desamparados a Jaime Renovell Barba”, ocurrido en el municipio, según la tradición, el 14 de mayo de 1667, y de las celebraciones del Año Jubilar del Centenario de la Coronación Canónica en la Archidiócesis.
El pasado sábado, día de la fiesta de la Virgen del Rosario, “Jaime Sancho y la Escolanía también visitaron el lugar donde ocurrió el milagro en 1667”, ha explicado Álvaro Medina, párroco de Alborache.
El milagro “contribuyó, a partir de 1667, a la extensión de la devoción por la Virgen de los Desamparados porque fue un auténtico prodigio”, ha destacado el párroco, que ha añadido que “aunque este año se cumplen 355 años, estamos celebrando de forma oficial el 350 aniversario porque no se pudo hacer antes”.
Con motivo de este aniversario, desde el pasado mes de mayo se están organizando actividades en torno al milagro, como un ciclo de charlas y una visita a la Basílica de la Virgen en Valencia, el próximo año, “uniéndonos al Año Jubilar del Centenario”.
Tradición y devoción desde 1667
El milagro “está documentado en los libros de la parroquia y también en los archivos de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia”, ha señalado.
Según la tradición, Jaime Renovell, vecino de Alborache, el 14 de mayo de 1667 mandó a sus hijos pastorear a los bueyes, y uno de los niños cayó al río y desapareció. Todo el pueblo buscó al pequeño Jaime sin éxito. Su padre volvió a casa y allí encontraron al niño, empapado en agua. Contó que estuvo hundido en el río hasta el anochecer, cuando oyó la señal del Avemaría y, guiado por una luz, vio a una Señora con corona de resplandor que ordenó a dos jóvenes que le sacaran del agua y le llevaron su casa.
El cura del pueblo le preguntó al niño si identificaba a la mujer del río, le mostró una estampa de la Virgen de los Desamparados y el pequeño confirmó que era ella. A partir de ese momento, el pueblo de Alborache comenzó a difundir el milagro y la devoción por la Mare de Déu dels Desamparats, tradición que ha llegado hasta la actualidad.